Rigoberto se come la lonchera de Martina y se siente culpable. Con el fin de conseguir su perdón le ofrece miles de cosas, pero Martina le hará entender que el perdón no se compra, que es algo que debe nacer de la persona afectada. Muchas veces el perdón no se da, por eso debemos tener mucho cuidado en las cosas que hacemos y que afectan a los demás.
Martina y Rigoberto son dos amigos que en los recreos se sientan en la banca del patio de la escuela a comer su lonchera y conversar sobre todas las cosas que suceden a su alrededor.