Música · 08 de Mar 2019
Conversamos con algunas artistas peruanas para que nos cuenten cómo ha sido para ellas desenvolverse en la escena local.
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A pesar de que el número de mujeres que forman parte de la escena musical peruana aumenta cada año, todavía atraviesan dificultades para lograr que se reconozca que su trabajo es igual de importante que el de los hombres. Desde ninguneo en festivales, insultos de trolls en redes sociales hasta acoso sexual y agresiones en conciertos, no lo han tenido (ni lo tienen) nada fácil.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, conversamos con tres de ellas para que nos cuenten cómo viven esta realidad desde su zapatos:
Cuando decidí estudiar música y dedicarme de lleno a ella mis miedos nunca se relacionaron con ser mujer. La escena musical peruana es tan complicada por sí sola, que mis temores siempre surgieron en torno a eso. ¿Que haré luego de estudiar? ¿Podré vivir de esto? ¿Les gustará mi música?
Pero ser mujer en un país machista tiene un impacto en distintos ámbitos de nuestra vida y esta industria no es la excepción. Yo trato de luchar desde mi espacio, desde las canciones, el escenario y la autogestión.
Cada vez hay más mujeres liderado proyectos musicales que luchan por ser ellas mismas y no una imagen ficticia de la mujer perfecta. Creo que si a la mujer la viéramos menos como un personaje u objeto y más como a un ser humano, hacer lo que se nos dé la gana no sería polémico ni cuestionable.
Yo no siento que haga nada maravilloso por hacer esto mientras soy mujer. Yo nací mujer. Lo maravilloso de hacer música es simplemente eso, hacer música. Sin embargo, en un país machista como el Perú, siendo mujeres no tendremos siempre las mismas posibilidades de desarrollar nuestras ambiciones y deseos como cualquier ser humano. Si queremos generar algún cambio debemos observarnos sin importar el género y modificarnos desde lo más mundano para poder mirar a los ojos al otro como igual.
Lorena Blume, cantante y compositora.
Muchas mujeres en la industria musical queremos empoderar al mundo por medio de nuestro trabajo. Yo soy parte de esa lucha.
Para mí ha sido difícil llegar a las personas con mi mensaje porque a veces “lo cultural” es visto como aburrido y también porque como mujer no represento el estereotipo aceptado por la sociedad. Con el tiempo el amor por mi identidad pudo más y dejaron de importarme todas las críticas destructivas.
Renata Flores, cantante de quechua-pop.
Lo bonito de la adversidad en este ecosistema musical es que cada reto es siempre una nueva oportunidad, una necia y combatiente oportunidad.
El tema de ser mujer en la música no debería ser un tema, pero lo es. Ha sido un gran reto lograr ser escuchada. Es típico que lances una idea, quede en el aire y luego alguien la dice más alto, más fuerte y resulta ser una gran idea en otra voz, en la voz de un hombre.
El principal problema es la normalización del machismo endémico que existe y voltear la cara cuando algo realmente dañido está pasando. He sido víctima, como todas las mujeres, de acoso y de situaciones en la que me he sentido vulnerable o maltratada, pero también siento que cada vez hay más voces, más oídos y más brazos receptivos.
Katia de la Cruz, músico en Moldes, productora y gestora cultural.
¿Te identificaste? ¿Qué harías tú para acabar con esta problemática?