Otros · 30 de Abr 2019
El suicidio sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad. Hablar sobre él siendo responsables puede ayudar a salvar vidas.
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Casi dos mil personas al año deciden quitarse la vida en el Perú. En el mundo este número se dispara a 800 mil. A pesar de las cifras, se sigue mirando al suicidio como algo lejano, como un tema que hay que tocar en voz baja o simplemente no mencionar.
Buscando acabar con el estigma que existe a su alrededor, conversamos con Álvaro Valdivia, director y fundador de Sentido, centro que trabaja en la investigación, prevención y acompañamiento de sobrevivientes y familiares que han perdido a alguien a causa de suicidio.
Como explica Álvaro, el suicidio es multicausal. Es decir que existen muchas razones que pueden llevar a una persona a acabar con su vida. Aunque un buen porcentaje de esta población tiene una enfermedad mental, otros tomarán la decisión por problemas económicos, amorosos, familiares y la lista sigue. Un factor en común es el imparable sentimiento de dolor o desesperación, que muchas veces no se exterioriza.
En el caso de las personas con problemas psicológicos graves, estas son algunas señales de alerta a tener en cuenta:
Si la persona tiene cambios en sus patrones de sueño. El sueño es muy importante para nuestra estabilidad. Dormir poco o dormir demasiado puede ser signo de que algo anda mal.
Si hace comentarios ambiguos. Muchas veces se suele prestar atención a las actitudes obvias, pero existen comentarios que son igual de graves como “pronto dejaré de ser un problema”, “no se preocupen, todo se va a solucionar” o “me iré lejos”.
Si manifiesta abiertamente su intención. Un mito común es pensar que una persona que lo dice en público o en redes sociales no lo hará o solo lo dice porque quiere “llamar la atención”.
Si su conducta no es la habitual. Esto puede incluir irritabilidad, apatía, falta de apetito, consumo excesivo de sustancias dañinas como alcohol o drogas.
Si tiene actitudes de cierre. En algunos casos, cuando las personas tienen un plan elaborado, pueden hacer cosas como pagar una deuda, terminar un pendiente, renunciar a un trabajo o mostrar agradecimiento (esta es una forma sutil de despedirse).
No hagas promesas. No prometas cosas que más adelante se te dificultará cumplir como “te juro que siempre estaré disponible para ti”.
No seas condescendiente, pero tampoco juzgues. En vez de decir “las cosas podrían ser peores” o “tienes mucho por vivir”, mejor pregúntale qué es lo que siente y si podrías hacer algo para ayudar.
Sé respetuoso y reconoce sus sentimientos. Recuerda que sus emociones son reales y válidas. Si siente que no las respetas, podría dar por terminada la comunicación.
Ayúdala a buscar tratamiento. Una persona suicida tal vez no tenga la energía ni la motivación para buscar ayuda. Puedes encargarte de investigar sobre opciones, hacer llamadas e incluso acompañarla a una cita. Recuerda que aunque necesita un soporte emocional en momentos difíciles, no está en tus manos sustituir a un profesional.
Se habla poco de las vidas que se apagaron con los suicidios, pero se habla aún menos de los que se quedaron.
“Las personas que más sufren con estas muertes son las familias, amigos y parejas. A los que en suicidiología llamamos supervivientes. Además de cargar con el terrible dolor y las preguntas sin responder, suelen ser juzgadas e invisibilizadas por no haberse dado cuenta ‘a tiempo’ y por eso a veces eligen callar y cambiar la versión de la historia”, cuenta Álvaro.
Sentido tiene un grupo de ayuda gratuito para todos aquellos que se encuentran en duelo por suicidio. Si quieres tener más información puedes hacer click aquí.
Los suicidios sí se pueden prevenir si se cuenta con el apoyo y la información necesaria. Si tú o alguien que conoces tiene pensamientos en torno a la muerte deben saber que hay ayuda para ustedes. Estos son algunos teléfonos a los que pueden llamar de necesitarlo:
Sentido, Centro Peruano de Suicidiología y Prevención del Suicidio: 498-2711.
Instituto de Salud Mental Honorio-Hideyo Noguchi: 614-9200, anexo 1024.
El Teléfono de la Esperanza: 273-8026. Ofrece un servicio integral y gratuito de apoyo a las personas que estén pasando por una situación de crisis.
La Voz Amiga: 0800-4-1212. Es un servicio telefónico gratuito, confidencial y anónimo que busca ayudar a personas que estén pasando momentos difíciles.
Infosalud: 0800-1-0828. Es la línea gratuita del Ministerio de Salud en la que resolverán todas las dudas médicas y psicológicas que tengas.
Alerta Médica: 261-0502.