¿Cómo le enseñamos a los chicos a regular sus emociones?

Como adultos experimentamos muchas emociones durante el día y (casi siempre) sabemos cómo controlarlas. Pero esta transición hubiera sido más sencilla si desde pequeños aprendiéramos a manejar lo que sentimos.

En esta nota, la psicóloga infantil Gabriela Soto nos acerca al tema y nos muestra diferentes herramientas para que los chicos puedan enfrentarse al mundo.

¿Qué es la regulación emocional?

Es la capacidad de dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz.

“Para poder tener una buena regulación emocional es necesario aprender a identificar y percibir las emociones de forma adecuada. Eso significa que debemos ser capaces de sentir sin perder el control, manteniendo nuestra capacidad de razonar. Es normal que los niños encuentren muchas dificultades en lograrlo porque ellos recién están aprendiendo a identificar y diferenciar sus emociones. Como adultos es nuestro deber acompañarlos en este proceso”, dice la especialista.

Primeros pasos

Para poder ayudar a nuestros hijos a controlar sus emociones primero tenemos que enseñarles a reconocerlas. Una buena opción es mostrarles dibujos de diferentes expresiones faciales con las que puedan identificar qué están sintiendo los personajes.

“Con actividades como estas, ellos desarrollarán su inteligencia emocional y serán capaces no solo de saber qué están sintiendo ellos, sino también los demás y así trabajar en su empatía”, explica.

Otro punto importante es conocerlos y analizarlos para poder darnos cuenta en qué situaciones detonan sentimientos que les generan malestar. Por ejemplo, si tienen poca tolerancia a los cambios, debemos enseñarles que no todos los cambios son malos y ayudarlos a ver el lado positivo de las cosas. También es una oportunidad para enseñarles cómo enfrentar una discusión de la mejor manera, si terminan llorando cada vez que alguien les dice algo que no les gusta.

Camino a la tolerancia

Como siguiente paso es necesario hacerles saber que nunca es bueno reprimir las emociones. Aunque no podemos evitar sentir sí podemos elegir qué hacemos con eso. Si estamos molestos podemos decidir si vamos a manejarlo haciendo deporte, dando una vuelta, contando hasta diez o usándolo contra nosotros mismos o los demás.

Así podemos actuar ante algunas de las emociones que más afectan a los pequeños:

+Ante la tristeza: Hacerles saber que es bueno hablar de cómo se sienten con personas de confianza, que dibujar también puede ayudarlos a expresarse y luego hacer una lista de las cosas positivas que tienen en su vida.

+Ante la ira: Explicarles que es importante pararse y tomarse un tiempo para pensar antes de actuar, respirar profundo y hablar con la persona que los ha hecho sentir así cuando se encuentren más tranquilos.

+Ante el miedo: Decirles que hablen de su miedo, que lo acepten y lo afronten con paciencia. Hagámoslo siempre asertivamente y sin burlas.

“Muchos de nuestros problemas emocionales se transmiten de generación en generación. Pensamos que todo sería más fácil si nos hubieran enseñado de otra manera y de adultos es casi imposible cambiar, pero siempre se puede. Lo mejor que podemos hacer es tomar conciencia como padres sobre qué hacemos mal y mejorar para lograr que nuestros hijos puedan desenvolverse bien en la vida”, reflexiona.

Al aprender a manejar sus emociones y expresarlas los niños mejorarán sus relaciones con los demás y con ellos mismos. ¡Comencemos ahora!