Curiosidades · 25 de Jul 2019
Conoce a Aracely Quispe y Rosa Ávalos, dos ingenieras peruanas para las que el cielo no es el límite, sino el comienzo de un sueño.
Difusión / Canal IPe
Es muy común sentir emoción al enterarnos que muchos peruanos y peruanas la están rompiendo en el extranjero, ahora imagínate cómo te pondrás al saber que hay dos ingenieras que llevan en alto el nombre de nuestro país, nada más y nada menos, que en la NASA. Ellas son Aracely Quispe y Rosa Ávalos y en esta nota podrás conocerlas.
Para Aracely la educación es el mejor recurso para alcanzar el éxito y así lo ha demostrado en todos sus años de carrera profesional. Ella estudió ingeniería de sistemas en Lambayeque y tener que viajar a una competencia de karate, su otra pasión, en Estados Unidos, le cambió la vida cuando apareció la oportunidad de aplicar como deportista destacada a la Capitol Technology University, en Maryland, donde llevó una especialización en ingeniería aeronáutica.
En 2011, cuando terminó sus estudios, logró ingresar a trabajar a la NASA. Una vez ahí, fue la responsable de controlar y comandar el satélite LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), que monitorea la Luna las 24 horas del día y envía información a la Tierra. También logró crear aplicaciones de software y diseñar sistemas eléctricos para las misiones especiales. Estas características la posicionaron como una de las ingenieras con mayor potencial del centro.
Preocupada por la alarmante situación de los nevados peruanos, llevó una maestría en la que estudió el nivel actual de descongelamiento del Quelccaya, un importante nevado que se encuentra entre Cusco y Puno. Para demostrar los cambios negativos en la consistencia, grosor e integración de las capas de hielo utilizó imágenes y datos de los satélites Landsat-7 y SPOT (satélite de observación de la tierra). Lamentablemente, las proyecciones apuntaron a que en el 2032 el nevado estará totalmente descongelado, poniendo en riesgo la salud y la vida de sus habitantes, ya que el Quelccaya es el principal proveedor de agua de la zona.
Ahora Aracely trabaja como ingeniera senior de operaciones de sistemas de vuelos en el programa del Telescopio espacial James Webb, el sucesor del famoso Telescopio Espacial Hubble, que ampliará los conocimientos del espacio. Allí se asegura de la salud y la seguridad del equipo y de otras labores de pre-lanzamiento de la misión.
Entre los numerosos premios que ha recibido, destaca el reconocimiento que le hizo hace unos días la Jueza Superior de Nueva York, por ser embajadora e inspiración para niños, niñas y jóvenes en los programas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática.
Ella espera que nuestro país apoye cada vez más a los profesionales jóvenes y le de una mayor promoción a los programas de especialización en el exterior.
Rosa es limeña de nacimiento, pero chilcana y chinchana de corazón, porque de esas ciudades vinieron sus padres, Santos y Rosa. Cuando tenía solo doce años, ellos decidieron comenzar una nueva vida en Estados Unidos, a donde viajaron en busca de mayores oportunidades junto a ella y sus dos hermanos. Desde muy pequeña le gustaron las matemáticas y las ciencias aplicadas, por eso cuando terminó el colegio y después de ir en busca de universidades, fue aceptada con una beca por excelencia académica en la Universidad Virginia Tech en donde se graduó de ingeniería aeroespacial, convirtiéndose en la primera mujer latina en titularse en esta carrera. ¡Todo un logro!
Ella tiene más de cinco años de experiencia en la NASA, específicamente en la misión de la Estación Espacial Internacional (ISS), como ingeniera mecánica y de operaciones, sistemas, topología y controles de vehículos tripulados como el Soyuz. También ha participado en proyectos como Lunabotics, que consistió en diseñar y construir un robot que tuviera la capacidad de excavar una superficie lunar simulada, con el propósito de extraer regolito: la capa de la corteza que está formada por restos de rocas.
Rosa cuenta que su promoción de cien alumnos solo tenía cinco mujeres y eso siempre le generó dudas. Un día le preguntó a sus amigas por qué se daba esta situación y ellas le respondieron que era una carrera que intimidaba mucho. Pero ella nunca sintió miedo, al contrario, sentía orgullo de poder demostrarle al mundo que todos tenemos las capacidades para estudiar ingeniería y luego ingresar a trabajar en la NASA.
Gracias a su trabajo sobresaliente la ingeniera ha sido galardonada por el administrador de la agencia espacial y ex astronauta Charles Bolden Jr y le ha sido otorgado el Tumi USA Award como la profesional peruana del año por el Estados de Virginia por su espíritu solidario, profesionalismo y servicio a la comunidad, además del Diploma de Honor del Congreso de la República de nuestro país.
La joven confiesa que para ella el cielo no es el límite y que aún está en una etapa en la que se sigue trazando metas para aprender nuevas temáticas e inspirar a otros a perseguir sus sueños y nunca dudar de sí mismos.
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