Identidad · 09 de Ago 2019
Raomis Ainbo nos acerca a Carolina, una indígena amazónica que sueña con que su comunidad vuelva a ver el bosque como una farmacia viva.
Difusión / Canal IPe
En la selva peruana existen alrededor de 12 etnias diferentes, entre las que se encuentra el pueblo shipibo-konibo. Carolina pertenece a la comunidad nativa de Paoyhan, una de las más de 140 que se han organizado a lo largo de las riberas del río Ucayali.
Ella creció viendo a su padre, un respetado Onanya (maestro que cura usando plantas medicinales), realizar sus rituales. Pero eso no fue lo único que la motivó a seguir el mismo camino. Hace algunos años estuvo al borde de la muerte y tomó un preparado de plantas medicinales que le salvó (y le cambió) la vida. En sus sueños vio el espíritu de una de las plantas y de él aprendió que para sanar hay que seguir las reglas que te pone la naturaleza.
Gabriela Delgado Maldonado conoció su historia de forma casual. Ella había llegado a vivir a Pucallpa desde Lima hacía menos de un año para trabajar en una organización comprometida con la protección de los shipibo-konibo. Las dos se conocieron en uno de los viajes que Gabriela hizo a su comunidad, que está a unas doce horas en bote lento de la ciudad de Pucallpa.
“Cuando conocí a Carito sentí que el mundo tenía que conocer su historia. Todavía no sabía cómo, pero no podía sacarme esa idea de la cabeza”, cuenta. Así nació ‘Raomis Ainbo (Mujer medicinal)’, su primer cortometraje documental, que se estrenó en abril de este año.
Gabriela aprendió todo lo que sabe sobre hacer documentales en internet y en la práctica, por eso se considera a sí misma como autodidacta. Aunque estudió publicidad, tuvo un acercamiento bastante básico al mundo audiovisual. Eso hasta que se embarcó en este proyecto.
“Ya venía de hacer un documental para el lugar donde trabajo, pero esto era algo mucho más personal. Sobre todo porque Carito comenzó a tenerme más y más confianza con el tiempo y pude aprender no solo sobre las plantas de la amazonía y sus propiedades curativas, sino también sobre las problemáticas que viven los shipibo-konibos”, dice.
Para la directora era muy importante que la historia se contara desde la realidad y perspectiva de Carolina, por eso el cortometraje documental está hecho 100% en idioma shipibo y tiene subtítulos en español.
“Lo interesante de ella como protagonista es que no se opone a la medicina occidental, lo que quiere es más bien que su pueblo preserve su conocimiento ancestral sobre las plantas medicinales y tenga acceso a lo mejor de los dos mundos”, menciona.
Para hacer realidad el proyecto recibió el apoyo de la Escuela de Cine Amazónico, un espacio que busca democratizar el cine en todas sus formas.
“Para mí el audiovisual es una herramienta para generar conciencia social, para cambiar las cosas y hacer pensar a la gente, no solo para entretener. Lo que quiero lograr con Raomis Ainbo es reivindicar la importante labor de Carito que ha estado relegada a segundo plano durante muchísimo tiempo. Incluso ella tampoco se había percatado de lo que representa hasta que pudo verse en pantalla grande”, dice.
El sueño de Carolina es dejar un legado, que su comunidad (y el Perú entero) pueda ver otra vez el bosque que habita como una farmacia viva, como un lugar lleno de infinitas posibilidades de conectarse con la naturaleza y con sus ancestros.
"Me siento alegre de que cada vez más gente conozca lo que pasa en mi comunidad, a mí me preocupa que el conocimiento se pierda, sobre todo porque muchos jóvenes no tienen interés en aprender", cuenta la protagonista del corto.
‘Raomis Ainbo (Mujer Medicinal)’ acaba de ganar el Premio a Mejor Cortometraje Documental del Primer Festival de Cine en Lenguas Originarias que se celebró en Trujillo y Cuzco.
Si quieres saber cuándo se proyectará en tu ciudad dale like a su página oficial.
¡Reinviquemos la labor de los pueblos indígenas!