Música · 30 de Sep 2019
En doce años, la iniciativa ya ha llegado a más de 85,000 personas.
Difusión / Canal IPe
Juan Ramón Carrasco respira música. Él es un auténtico creyente de que será ella la que salvará al mundo de todos sus males. Con la ayuda de otros actores como la educación, claro.
Movido por esa pasión, comenzó en 2007 con un proyecto que ha ido evolucionando con los años. Primero se llamaba UMA festival, pero ahora lleva por nombre Festival Fusión de Culturas.
El nombre viene de la mixtura y diversidad de nuestro país y de la necesidad de Juan Ramón por difundir diversos géneros musicales.
“Notamos que muchas personas estaban acostumbradas a ir a locales para escuchar a las bandas, pero no ocupaban nunca las plazas públicas. Bajo esa necesidad nace el festival, con el objetivo de ser una plataforma para artistas emergentes y recuperar espacios que tienen mucho potencial, pero que se encuentran abandonados”, cuenta el gestor cultural.
Hasta ahora la iniciativa ha ayudado a difundir la música de alrededor de 500 bandas de diferentes partes del Perú en distritos como Surco, Barranco, Chosica, Villa El Salvador, Pueblo Libre, Miraflores y el Rímac.
¿Cómo consiguen darle valor a un espacio con un festival? El organizador lo explica aquí: “Con este tipo de eventos de una u otra forma trasgredes la violencia. Hay parques que están muy bien ubicados, son muy céntricos, pero que solo sirven como botaderos y baños para las personas que pasan por ahí. Es una situación muy triste. Por eso en este plan incluímos el aspecto de la constancia para transformar el concepto que se tiene de diferentes espacios”, explica.
El Festival Fusión de Culturas hace activaciones dos veces al mes, pero planean seguir subiendo la valla. De hecho, su sueño es poder hacer un evento todas las semanas, para así generar un cambio a largo plazo.
“Este festival tiene la característica de ser una intervención urbana porque creemos que para hacer buena música no se necesita tanta infraestructura. No hace falta poner una tarima o armar un escenario, nuestra preocupación no está puesta en eso. Se puede hacer realidad en una parque zonal o en una loza deportiva de Pamplona. Lo único a lo que hay que ponerle foco es a la calidad del sonido y al cuidado de los espacios”, dice.
Ahora quieren llevar su formato a colegios nacionales y centros penitenciarios. Acaban de firmar un convenio con la UGEL para que su movimiento se enfoque también en la labor educativa.
“La dinámica es bien sencilla: iremos a escuelas públicas a implementar la parte pedagógica. Habrá clínicas de instrumentos, clases maestras, conversatorios y cerraremos con un concierto”, menciona.
En el caso de los centros penitenciarios, Juan Ramón está coordinando con el INPE para conseguir que los internos puedan elaborar instrumentos de la mano de un luthier (un profesional que se dedica a fabricar instrumentos de cuerda) y que también se organicen diferentes conciertos en el interior de las cárceles.
“Estamos seguros de que dándole continuidad a este tipo de iniciativas las cosas cambiarán y mucho”, dice.
Estas son las próximas fechas de este evento itinerante:
-Viernes 04 de octubre en el Truck Park de Surquillo desde las 6:00 pm.
-Sábado 19 de octubre en el Colegio Julio César Escobar de San Juan de Miraflores de las 10:00 am.
¿Te apuntas?