Padres · 08 de Jun 2020
Si piensas que acelerar el desarrollo de tus hijos es algo positivo, ¡tenemos que hablar!
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Cuando hablamos de estimular, nos referimos a proporcionarle a los niños espacios para despertar sus sentidos y su curiosidad. Pero muchos padres, buscando darles lo mejor, los llenan de ruidos, luces, botones, imágenes y pantallas que por su edad u otros factores, solo logran perturbarlos. A esto se le llama sobreestimular y es un comportamiento muy peligroso. ¿Por qué? En esta nota te Chicos IPe te lo contamos.
Según una investigación de la Universidad de Granada llamada “Neuroplasticidad y Aprendizaje”, la sobreestimulación puede afectar el aprendizaje de forma negativa. El estudio asegura que el exceso de estímulos genera en niños y niñas un nivel de tolerancia.
Eso quiere decir que llegará un momento en que estos estímulos ya no les proporcionen el mismo nivel de satisfacción y se verán obligados a buscar más. Como resultado tendremos pequeños inquietos e hiperactivos. Pero la forma correcta de llamarlos sería “hiperestimulados”.
Pero esta no es la única vez que se ha tratado el tema. La sobreestimulación es uno de los fenómenos que más preocupa a los psicólogos. Según Alicia Banderas, licenciada en psicología y autora del libro ‘Niños sobreestimulados. Cómo educarlos con calma y protegerlos de los peligros que esconden las tecnologías’, estamos ante una generación que tiene acceso a la mayor información jamás imaginada.
“Incluso antes de que un bebé nazca ya estamos buscando ponerle música clásica para que desarrolle su inteligencia. Estamos desesperados por desarrollar al máximo su potencial”, dice.
En su publicación ella menciona que la mejor manera de estimular a los niños es respetando su carácter y sus intereses. Ellos tienen que jugar libres y ser los protagonistas activos de sus propias creaciones.
“Lo que necesitan los niños es que sus padres o cuidadores les permitan explorar y desarrollar su innato espíritu creativo y respeten su ritmo sin quemar etapas”, asegura.
Pero sin duda, la clave de todo es dejar de tenerle miedo al aburrimiento. Es importante reflexionar, tolerar y normalizar el aburrimiento de tus hijos y evitar combatirlo con miles de actividades programadas o la excesiva exposición a las pantallas.
“Es natural que los niños se aburran. Si tu hijo te dice que está aburrido, puedes proponerle alguna actividad para hacer, pero en realidad lo mejor es que él solito comience a desarrollar su imaginación para salir de esa situación”, explica Alicia.
Recuerda: esta no es una carrera con tus amigos o familiares para ver qué hijo llega primero a la meta, todos tienen un proceso distinto y diferentes necesidades. ¡Tómalo con calma!