¡Entérate si eres una mamá o papá helicóptero!

Es normal querer lo mejor para nuestros hijos y preocuparnos por ellos, pero hay ocasiones en que esa necesidad de control se vuelve tan intensa que tiene consecuencias negativas para su desarrollo emocional. Si te identificas con esta descripción podrías ser una mamá o papá helicóptero. En esta nota de Chicos IPe te contamos más al respecto. ¡Quédate hasta el final!

Cuando los padres son hiperprotectores

El término “helicóptero” surgió en 1969 a partir de que Haim Ginnot, psicólogo y profesor israelí, escribió en su libro “Between parent and teenager” que su madre lo sobrevolaba como si fuera un helicóptero. Pero fue recién en el 2000, que la palabra tomó mayor relevancia y se empezó a usar en muchos otros países.

Conversamos con la psicóloga y educadora de familias en disciplina positiva, Ana Rivera para que nos dé ejemplos de cómo se comportan las mamás o papás helicóptero. Presta atención:

Se encargan de lo que le corresponde hacer a los niños. Muchos caen en el error de encargarse de todo lo que los niños deberían hacer, como por ejemplo, las tareas de la casa adecuadas para su edad o eligen cómo se van a vestir o todo lo que les tiene que gustar. Esta actitud no es favorable porque no les permite desarrollar autonomía, que es la segunda necesidad básica emocional más importante.

Les transmiten expectativa no realistas. Le aseguran a sus hijos que siempre van a estar ahí para ellos cuando los necesiten, por eso les piden que les cuenten todo. En general son los papás que no dejan que sus hijos tengan errores ni opiniones y los defienden de todo y de todos y los que van a quejarse con la profesora ante la más mínima incomodidad. Esto puede llevarlos a generar dependencia en la vida adulta.

Les generan desconfianza en su alrededor. Algo que también suele pasar es que al transmitirles sus miedos los acostumbran a estar alertas. Frases como “ten cuidado por donde vas”, “no juegues ahí porque te vas a golpear”, “no hables con personas extrañas” o mira siempre a todos lados” pueden llevarlos a desarrollar ansiedad y vulnerabilidad a diferentes enfermedades. 

Esto también suele generar que más adelante necesiten el apoyo o aprobación de sus papás o de otras personas que consideren figuras de autoridad para hacer las cosas. 

“En la crianza siempre tiene que haber un punto medio. El llegar a la sobreprotección es dar mucho de algo bueno y de ninguna manera esto va a ser favorable para un niño porque le estamos dando el mensaje de que sus opiniones no cuentan y que solo nosotros sabemos lo que necesitan”, explica la especialista.

Ahora que ya lo sabes, es momento de reflexionar sobre tus métodos de crianza, pero siempre sin juzgar. Recuerda que todos estamos aquí para aprender. ¡Hagamos lo mejor por nuestros chicos!