Otros · 07 de Dic 2020
Aplazar los pendientes puede generar estrés y un gran sentimiento de culpa.
Andina
Si alguna vez has postergado una tarea importante como ordenar tu cuarto, sacar cita con el doctor, organizar tu agenda o posponer para el próximo mes hacer ejercicios. ¡Tranquilo, no eres el único! Postergar asuntos pendientes es una costumbre conocida como procrastinación.
Es cierto que todos hemos escuchado el refrán “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”; sin embargo, en la práctica no solemos aplicarlo. Más aún cuando tenemos un montón de distracciones alrededor y no priorizamos lo que tenemos que hacer.
Si te preocupa llegar a caer en la rutina de procrastinar, en esta nota de Canal IPe te damos unos consejos para combatirlo, pero requieren mucho de tu esfuerzo.
En algunas ocasiones, la cantidad de tareas que tenemos por realizar puede llegar a angustiarnos y solemos aplazarlas. Para que eso no suceda, te recomendamos priorizar las labores que debes hacer en el día y ejecutarlas en las horas que tengas más energía. De nada vale que programes ciertas actividades en horarios en los que estás más agotado. Conócete a ti mismo y evalúa en qué momento tu cuerpo y mente se encuentran más activos para vencer la improductividad.
Si te has retrasado en las entregas por procrastinar, definitivamente estás fallando en algo. Para mejorar tu rendimiento, es vital que desarrolles tus actividades en un ambiente en el que te sientas cómodo e influya positivamente en ti. Un espacio iluminado, limpio y sin tener al lado elementos que te puedan distraer como la televisión o el celular es un gran acierto ¿Quién no se ha entretenido revisando Facebook, Instagram o algún video en TikTok? Otra buena idea es colocar una frase motivadora en tu escritorio para que te inspires. Eso te animará a acabar tus tareas en el menor tiempo posible.
Saber que al final de terminar un pendiente vamos a recibir un premio, nos hace ser más productivos. Haz una lista de recompensas que te darás si logras tus objetivos en el día, semana o mes. Por ejemplo, un aliciente puede ser que, si arreglas tu cuarto este fin de semana, irás a comer algo rico para celebrarlo o verás una película en internet. Si procrastinaste y por eso no cumpliste con tus labores, también debes enumerar algunos “castigos” para cuando falles. ¡Recuerda que todo logro tiene su recompensa!
Establecer una fecha puntual para hacer una tarea o entregar el producto final de algo siempre hace que el trabajo sea más productivo. Cuando no tenemos un plazo fijo, los pendientes suelen estar en el aire en nuestra mente y por lo general los postergamos. Los intervalos de tiempo siempre son importantes ya sean impuestos por otras personas o por nosotros mismos.
Si de ti depende determinar una fecha, te sugerimos ponerla en una agenda o calendario. Así te será más fácil llevar el conteo de los días. Planificar también te permite que tomes los descansos necesarios para que luego te pongas a producir con más ganas ¡Ánimo!
Si has procrastinado en los últimos meses es hora de que hagas un alto. Posponer para otro día lo que tienes que hacer trae graves consecuencias. Pueden generarte estrés y un gran sentimiento de culpa por aplazar tus labores. Además, estarías expuesto a ganar una mala reputación con tus compañeros de trabajo, amigos o familia.
Retrasar tus tareas puede llevarte a no tener éxito y no lograr metas importantes como persona y profesional. En cuanto a tu salud, si no agendas de una vez esa cita pendiente con el doctor o empiezas a hacer ejercicio podrías estar amenazando tu bienestar.
Procrastinar, sin duda, nos da un alivio temporal cuando dejamos para después las actividades, pero es un mal hábito que debemos dejar atrás. En algunas ocasiones, no es cuestión de holgazanería, sino un mal manejo de las emociones y tiempos. ¡Acabemos con el enemigo de nuestra productividad!
Si pones en práctica estos consejos cuéntanos tu experiencia en los comentarios.