Ecología · 16 de Dic 2020
Estos productos ecoamigables también sirven como fertilizante para plantas y alimento de peces.
Difusión
Es el momento de cuidar más nuestro planeta. Este es uno de los objetivos que tiene Alejandra Cuba con la creación de sus envases flexibles hechos a base de cáscara de cacao. Proyecto sostenible que fue recientemente premiado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en la categoría de inventora. La ingeniera de industrias alimentarias de 26 años cuenta a Canal IPe sobre esta innovadora idea y no oculta su felicidad por dejar el nombre del Perú en alto en el extranjero.
Darles una segunda vida a los desechos es lo que Alejandra viene haciendo con su empresa Caopak hace unos años. Reutiliza los productos de la industria alimentaria como el cacao y los transforma en envases flexibles y 100% naturales que sirven para envolver chocolates, jabones o cualquier tipo de productos sólidos.
“Tuve la oportunidad de ir de intercambio a España para llevar un curso de investigación sobre frutas y hortalizas. Ahí me di cuenta de que en el Perú realmente vivimos una gran problemática en cuanto al tema del reciclaje a diferencia de otros países del primer mundo. Sentí que faltaba algo por implementar en el país para empezar a cuidar el medio ambiente. Es así como fui pensando en esta idea de los envases flexibles. Para lograr elaborarlos, tuve que investigar mucho”, cuenta.
En estos empaques, cuya materia prima es el cacao, no usa productos químicos y su huella hídrica es ocho veces menor que el papel. Este proyecto nació con el propósito de reducir la contaminación que generan, precisamente el papel y también plástico que tanto utilizan las industrias. Según detalla, lamentablemente las empresas al momento de su producción no destinan los deshechos a los vertederos adecuados, sino que en muchos casos terminan en basureros informales o en las calles. Situación que causa perjuicios en el medio ambiente y en los ecosistemas.
Al utilizar estos envases flexibles ecoamigables se reemplazaría el papel y por lo tanto ayudaría a combatir la tala indiscriminada de árboles. Para lograr esta meta, este emprendimiento realiza, además de los empaques de cacao, una gama de biomateriales hechos de cáscaras de maracuyá, nueces, pecanas, castañas y otros frutos secos.
“El tiempo de vida de estos empaques es de cuatro y seis meses aproximadamente. Son productos muy orgánicos, si los colocas dentro de la tierra del jardín puede servir de fertilizante para plantas o alimento para peces. No tiene una descomposición compleja, es una manera de contribuir al medio ambiente”, explica Alejandra.
La proyección a futuro de Alejandra es poder reutilizar la mayoría de los residuos de la industria alimentaria con el fin de parar con la deforestación y reducir el consumo de materiales que contaminan y son indispensables. Su experiencia en el MIT le ha dado muchas herramientas de aprendizaje para continuar elaborando este producto. Ella espera llegar a exportarlos para que más personas conozcan las propiedades de este producto y así aporten con un granito de arena al cuidado del planeta.
“La gente debe concientizarse de lo que estamos viviendo ahora. Cuando hay intención y unión se puede lograr mucho. No es necesario esperar que otros países del primer mundo den el primer paso para que recién empecemos a actuar. Siempre es bueno innovar, además tenemos la capacidad de ser los primeros en algo”, enfatiza.
Si quieres saber más de este proyecto te dejamos la página de Facebook de los empaques flexibles de cacao. ¡Recuerda que es tarea de todos proteger el lugar donde vivimos!