Conoce a Landers, docente intercultural bilingüe y cantante en lengua shipibo

De pequeño soñaba con aprender idiomas. A Landers Rodríguez le fascinaba escuchar los diálogos en inglés, portugués y en chino. En el colegio su curso favorito era el arte y una de las actividades que más disfrutaba era leer. Según confiesa fue un niño de pocos amigos, pero esa amistad que tanto buscaba la encontró en los libros, sobre todo en la Biblia, que fue el primer texto que leyó y lo impactó. 

A pesar de las dificultades que atravesó en su etapa escolar en una pequeña comunidad indígena del departamento de Ucayali, nunca se rindió y siempre supo que llegaría a convertirse en un gran profesional. Para lograrlo, se mentalizó, tuvo paciencia y estudió mucho. Gracias a su esfuerzo hoy es un destacado docente de Educación Intercultural Bilingüe para primaria y además es reconocido como embajador de la cultura shipiba. En esta nota de Canal IPe, te contamos su historia. 

Landers, que ahora tiene 24 años, dejó en el 2007 su comunidad Juventud San Rafael, ubicada en el distrito de Masisea, provincia Coronel Portillo, para estudiar secundaria en la capital distrital. Cuando terminó el colegio decidió viajar a Lima para seguir formándose. Como él mismo señala, dejó su zona de confort. Es así que en 2013 con 17 años, tras un viaje de varios días en bus, llegó a la Capital y se ubicó en Cantagallo, lugar donde lo esperaba su abuelita.

“Yo había escuchado que en Lima muchos chicos y chicas trabajan de día y estudiaban de noche. Entonces pensé hacer lo mismo, no lo veía imposible porque realmente tenía muchas ganas de ser un profesional. Al salir de mi casa lloré en el carro, pero no por miedo, ni por pena, sino de emoción. Le pedí mucho a Dios que iluminara mi camino”, señala el docente.

Cuando menos lo pensó sus ruegos fueron escuchados. Un día en la comunidad de Cantagallo escuchó a través de un altavoz que había una oportunidad para los chicos de 18 años que querían ingresar a la universidad. Por supuesto, no dejó pasar. Se inscribió y junto a otros de sus compañeros shipibos empezó a prepararse para postular. Recibió clases de comprensión lectora y matemáticas que eran dadas por voluntarios. Llegó el día del examen y concursó entre miles de talentos. A la semana siguiente recibió la noticia de que era uno de los ganadores de la Beca 18 del Pronabec que iba a financiar su carrera profesional. 

Emprendiendo vuelo

Es así que en 2014 Landers inicia estudios de Educación Intercultural Bilingüe para primaria becado en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). “Estudiar ahí fue un gran reto para mí. Las clases las llevé con chicos que hablaban shipibo, quechua y aymara. Yo era un joven muy tímido para socializar, pero en la universidad me fui soltando y desarrollando mis capacidades. Y aunque yo siempre me he sentido orgulloso de mi identidad, aquí reafirme más el amor por mi cultura. Me comunicaba en shipibo en todas partes porque es mi idioma y nunca voy a dejar de hablarlo”, expresa.

Al estudiar con otros alumnos que se expresaban en quechua o aimara, también le permitió abrir más su mente y romper con ciertos estereotipos sobre la cultura andina y lo mismo sucedió con los estudiantes que tenían prejuicios hacia las costumbres amazónicas. Precisamente, para erradicar cualquier idea negativa sobre su lugar de origen, Landers compartía con sus compañeros su tradiciones, en especial uno de sus talentos: cantar íkaros, melodías sagradas utilizadas en la medicina tradicional amazónica peruana.

Cada vez que tuvo la oportunidad de presentarse, muchos elogiaban su melodiosa voz y lo que transmitía a través de ella. “Aprendí a cantar por mi abuela. Desde muy pequeño la escuchaba y trataba de imitarla. Yo viví una infancia muy difícil con mis padres y cantar era una forma de desfogar. Por eso cuando canto, lo hago con mucho sentimiento. Recuerdo que cuando tuve la oportunidad de presentarme en la universidad algunos estudiantes se interesaron por mi idioma, querían saber de donde provenía. Me aplaudieron mucho y me sentí más orgulloso que nunca de ser quien soy”, detalla.

Landers forma parte de la primera promoción de shipibos docentes interculturales de la UPCH. A un año de su egreso de la universidad, se prepara para ejercer su profesión y anhela hacerlo en su comunidad. Sabe muy bien que un gran reto lo espera, pero no se intimida ya que se siente preparado para asumirlo. Es consciente que solo con la educación se cerrarán las brechas de la desigualdad y se erradicará la pobreza.

“Son muchas cosas las que deterioran nuestra educación intercultural bilingüe, pero para eso están los profesionales como yo que con pasión, convicción, seguridad y respeto por nuestra cultura vamos a encontrar la manera de sacarla adelante. Yo ya tengo las herramientas que me dio la universidad y los conocimientos de mis ancestros. Ahora solo pido una oportunidad para brindarles lo que aprendí a todos esos niños y niñas de mi comunidad para que los pongan en práctica. A pesar que hay muchos factores que lo impiden lo voy a lograr porque ellos me necesitan y solo con la educación podemos construir un mundo mejor”, enfatiza.

Mientras alista todo para poder viajar al lugar donde nació y poder desempeñarse como docente, el cantante continúa reforzando el inglés, portugués y quechua, idiomas que lo apasionan. En sus tiempos libres hace muchos ejercicios y lee. Es feliz cuando canta porque lo hace desde el corazón. También lo pone contento disfrutar sus platos favoritos de cada región como el chilcano de palometa de la selva, la pachamanca de la sierra y el ceviche de la costa. 

Risueño, sensible y orgulloso de sí mismo. Así es Landers y va por más en la vida. Está convencido de que seguirá difundiendo el arte shipibo y por ahora también lo hace a través de su cuenta de TikTok, plataforma donde ha colgado algunos videos cantando temas de su propia autoría. Si lo escuchas, el artista recomienda cerrar los ojos para emprender tu viaje interior. 

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