Ellos hacen verdaderas obras de arte con papel

¿Alguna vez escuchaste de la técnica capa por capa? Conversamos con Lucia Elena Uribe y Eduardo Amaro, dos amigos arquitectos que se juntaron a la distancia para desarrollar este estilo poco conocido en nuestro país con su proyecto ‘El venado negro’. En esta nota podrás conocer su arte.

“El proyecto empezó en plena pandemia con la idea de dar a conocer nuestro trabajo. Comenzamos a producir un montón de cuadros e ilustraciones con todo tipo de materiales, a tomarles fotos y a subirlas a nuestra cuenta de Instagram”, cuenta Lucia Elena.

Ella comenta que jamás pensaron que la idea se convertiría en un emprendimiento. Su única motivación era luchar contra el aburrimiento y la ansiedad que les generaba la situación y explorar nuevas técnicas. 

Sin embargo, sus amigos y familiares les empezaron a escribir haciéndoles pedidos y así, por casualidad, les tocó empezar a tomarse las cosas más enserio y confiar en su talento.

Una técnica compleja

Cualquiera que vea su trabajo notará que hacer un cuadro capa por capa es algo que toma tiempo, paciencia, organización y precisión quirúrgica: utilizan una jeringa con pegamento para unir cada cartulina.

“La técnica la aprendí por mi cuenta y se la enseñé a Lucia Elena. El proceso que seguimos es elegir cada imagen, crear las piezas,  ver cuáles son las que funcionarán como sombra y qué colores tendrán. Esas piezas son las que terminan siendo las capas de cada cuadro. Luego las recortamos y pegamos a mano. Repetimos este último paso varias veces hasta tener el resultado final”, explica Eduardo.

Cada cuadro les toma alrededor de dos días, pero si tienen muchos pendientes pueden llegar a demorarse hasta una semana. 

Hasta ahora han llevado a la cartulina retratos de mascotas y personajes icónicos de la ficción o la realidad como Batman, Dalí, Dobby, Messi, Sarita Colonia y Chabuca Granda. 

Pero también animales endémicos como el colibrí maravilloso y símbolos peruanos importantes como la máscara de la diablada. 

Para ellos no hay límites y lo demuestran con su próximo objetivo: quieren unirse a algún proyecto textil para crear patrones con las piezas que les sobran.

“Con esta experiencia nos hemos dado cuenta de que no hay nada como formar alianzas. Solo creando comunidad y aprendiendo de otros es que una iniciativa crece, por eso pensamos seguir ese camino”, dicen.

Si quieres ver más de sus creaciones coloridas puedes visitar su página de Instagram aquí.

¿Te animarías a hacer algo parecido?