Cine y Teatro · 13 de Sep 2016
Conoce los cortometrajes de estas 4 leyendas vivas del cine peruano.
Canal IPe
Los grandes empezaron siendo cortos, esa es la premisa de Cortos IPe, el programa por el que han pasado jóvenes, y no tan jóvenes, realizadores del cine peruano. En esta lista conocerás a cuatro que han marcado los últimos 30 años de la filmografía nacional.
Jorge Vignati ha trabajado en más 80 documentales y muchos más largometrajes de ficción, entre nacionales e internacionales. Su interés por el séptimo arte empezó desde pequeño cuando iba al cine a ver sus películas favoritas. A mediados de la década de 1960 inició su carrera como camarógrafo y director de fotografía filmando documentales sobre culturas antiguas del Perú.
A lo largo de su filmografía también destacó su colaboración en producciones internacionales. Una de las películas más importantes en las que participó fue Fitzcarraldo, realizada junto al alemán Werner Herzog, grabada en la selva peruana y que tomó 3 años en finalizarse.
En 1983 fue invitado a registrar el primer Festival de la Canción Amazónica y aprovechó la aportunidad para grabar Radio Belén. En este, uno de los cortometrajes más destacados y celebrados de su carrera, logró fotografiar con naturalidad la cotidianeidad de las contradicciones sociales del mercado de Belén, en Iquitos, a través de las voces de una precaria radioemisora.
Con una amplia trayectoria en el mundo audiovisual, la trayectoria de Augusto Tamayo comprende 8 largometrajes, 4 telenovelas, 3 series para la televisión y más de 30 documentales. Uno de sus largometrajes, La fuga del Chacal (1987), mantuvo el récord de la película peruana más vista por más de 25 años.
Años antes, en 1984, filmó el cortometraje La agonía de Rasuñiti (Danzante de tijeras), adaptación de un cuento de José María Arguedas. Según Tamayo, el cortometraje refleja el espíritu de transmisión de sabiduría de generación a generación, encarnado en la figura de un danzante de tijeras.
La experiencia de Tamayo como realizador audiovisual le ha dado una visión clara sobre el oficio. Para él, se necesita planteamiento y organización por el alto costo que implica una producción cinematográfica. La figura del director debe generar una atmósfera de conducción para todas las áreas y debe estar preparado para liderar y tener las cosas claras durante el rodaje.
"Pili" Flores-Guerra ha sido el director de fotografía de muchas películas de Francisco Lombardi, incluyendo la popular adaptación La ciudad y los perros (1985). Su relación con el mundo del cine empezó al frecuentar algunos cineclubes cuando aún era estudiante. Sin embargo, tomó más importancia cuando comenzó a colaborar con la revista Hablemos de cine. La carrera cinematográfica de Flores-Guerra ha pasado por distintas áreas. Pocos conocen que antes de ser fotógrafo, trabajó como editor, oficio que antes del cine digital se realizaba a mano. Una de las películas que editó fue Muerte al amanecer (1977), también de Lombardi.
Su formación como camarógrafo y director de fotografía es casi autodidacta. Lo que aprendió de física y química como estudiante de ingeniería le sirvió mucho para trabajar con el celuloide y para experimentar con los principios de la luz. Asimismo, su experiencia lo ha llevado a ser defensor de la frase “Más importante que lo que está en la cámara es lo que está delante de una cámara y lo que está detrás de esta”.
En 1987, como pretexto de la compra de una nueva cámara de cine para Inca Films, hizo la dirección la fotografía para el cortometraje Una novia en Nueva York. En este, con un estilo narrativo que limita entre la ficción y el documental, se narra la historia de Rogelio Razuri Burgos, uno de los empleados de la productora cinematográfica.
Salvini es considerado como uno de los realizadores que rompió con el enfoque tradicional del cine peruano de ficción. El interés por hacer cine fue inculcado por la familia de su madre desde su niñez. A pesar de tener formación en comunicaciones, siempre supo que su pasión estaría en el cine.
A finales de la década de 1980 empezó su carrera como director haciendo cortometrajes. En estos se aprecia el particular estilo del realizador. Para él, lo visual y la música marcaron la primera etapa de su producción cinematográfica. Asimismo, lo extraño marcó el camino de los contenidos de sus cortometrajes, comparable al cine de Buñuel o de Lynch.
El cortometraje Carta del apóstol San Juaneco a la ciudad del mal (1992) narra la historia, que va más allá de la realidad, del encuentro entre Tufo, un criminal fugitivo, y San Juaneco, un vagabundo que cree haber sido enviado por Dios para fundar la ciudad de la esperanza. Este corto fue filmado durante el último año de la ley 19327, la cual fomentaba la realización y proyección de cortometrajes en circuitos comerciales.
Así como estos célebres realizadores de cine peruano hay muchos más. Por eso, todas las semanas Cortos IPe les rinde homenaje. ¿Conoces alguno de sus cortometrajes? Cuéntanos en la sección de comentarios. Además, no dejes de ver el programa todos los días a las 10:00 pm.