Curiosidades · 14 de Oct 2016
Esta es la segunda entrega de Leyendas de octubre. Atrévete a conocer uno de los mitos más temidos de Jauja.
Canal IPe
Hace unos días compartimos contigo la historia de una de las leyendas urbanas más famosas de Lima: la casa Matusita. Hoy nos vamos a la sierra central para continuar con nuestra serie de leyendas de octubre. La laguna de Paca está ubicada a 3 km de Jauja, en la provincia de Junín. Los pobladores que viven en la zona cuentan historias sobre sucesos paranormales que suceden ahí, así que si vas al lugar de seguro sentirás escalofríos cuando escuches las leyendas que rodean esta misteriosa laguna. Se dice que en lo más profundo de esta existe un pueblo hundido lleno de riquezas al que las ánimas se rehúsan a abandonar.
A continuación, te relatamos cómo se inició el mito del origen de la laguna. Te aseguramos que lo pensarás dos veces antes de acercarte por ahí en noche de luna llena.
Una de las leyendas que explica el origen de la laguna cuenta que Dios bajó a la antigua ciudad de Jauja con la intención de darle una lección a sus pobladores por su avaricia, vida pagana y libertinaje. Convertido en un anciano pobre, recorrió las casas de la ciudad pidiendo algo de ayuda, pero solo recibió negativas e insultos. “¡Apártate viejo!”, le decían los pobladores mientras bebían y se entregaban a los placeres de la vida. Para él resultaba incomprensible que ninguno de ellos, a pesar de sus riquezas, le brindara ayuda.
Cuando llegó a la casa más humilde, tocó la puerta, y fue recibido por una mujer que lo invitó a pasar. Una vez dentro, le dio pan y agua. Tras haberse alimentado, le pidió a la mujer una flor que olió profundamente y le dijo: “En agradecimiento a tu bondad, mujer, saldrás con tus hijos de este pueblo y subirás el cerro. Escucharás gritos y lamentos que no podrás ignorar, pero no voltees jamás y sigue tu camino”. La mujer salió inmediatamente junto a sus hijos. El anciano salió de la casa y caminó por el pueblo tocando el tambor que llevaba consigo. Por cada golpe que daba al tambor salían chorros de agua cada vez más intensos hasta que el tambor explotó e inundó rápidamente el pueblo. Dicen que los gritos de la gente eran desgarradores y espeluznantes. Incapaces de controlar su curiosidad, la mujer y sus hijos cometieron el error de voltear para ver lo que estaba sucediendo e inmediatamente se convirtieron en piedra. Los pobladores aseguran que la figura en piedra de la mujer se encuentra en el pueblo Pichjapuquio, Paca.
Cuentan que, en noches de luna llena, la campana de oro de la plaza del pueblo sigue sonando en lo más profundo de la laguna. Se dice también que se escucha el canto de unas sirenas y los gritos de los pobladores pidiendo misericordia, como en la fatídica noche del diluvio. Si eso te parece espeluznante, espera, que ahí no acaba la historia. Se dice que en esas noches, desde lo más hondo de la laguna, sale un toro negro que quiere escapar, pero que está amarrado a una larga cadena de oro que una sirena de ojos azules y cabellos dorados hasta la cintura sujeta fuertemente. Esta es la misma criatura que canta y encanta a los hombres mientras se peina a orillas de la laguna. Dicen que ningún hombre que se acerque puede resistirse a su belleza, ya que quedan embobados por su mirada y la siguen hasta las profundidades del lago, donde mueren ahogados.
Si te atreves, te invitamos a pasar una noche en la laguna. Cuéntanos si escuchas gritos o logras ver a la sirena. Y ya sabes, no te acerques demasiado a ella.
¿Conoces otras leyendas o mitos peruanos? Si es así, no olvides comentarlo en nuestra página de Facebook. Quizá nuestra próxima entrega sea sobre ella.