Artes · 06 de Mar 2017
Un día como hoy nació Víctor Humareda, pintor que retrató los cambios de Lima. Conoce aquí diez datos sobre su vida.
Herman Schwarz
La obra de Víctor Humareda tuvo un pico creativo durante las décadas de 1970 y 1980. Este excéntrico pintor supo capturar el momento preciso en el que los movimientos migratorios reconfiguraron la capital. Con un estilo de colores vibrantes, influenciado por el expresionismo, este puneño nos dejó una vasta cantidad de obras con la que seguimos fascinados. Aquí te dejamos 10 datos para conocer su vida y obra.
Tuvo una infancia muy pobre en Puno. A los 18 años se fue de la casa de su madre para dirigirse a Arequipa y luego a Lima.
Ingresó a Bellas Artes y entre sus profesores se encontraban los indigenistas José Sabogal y Julia Codesido. Sin embargo, los aprietos económicos lo obligaron a dejar la escuela por un tiempo.
Trabajó como ayudante en un estudio fotográfico en el distrito de Surquillo. También pintaba retratos a pedido en la calle.
En 1950, logró concluir sus estudios de pintura en Bellas Artes y consiguió una beca para viajar a Buenos Aires. Allá se consolidó como artista y montó su primera exposición individual.
En la década de 1960, visitó las ciudades de Barcelona y París para ver en primera persona la obra de pintores como Rembrandt, Goya, Van Gogh y Velásquez.
Como buen admirador de la música clásica escuchaba a Beethoven y Bach. Algunos de sus amigos cuentan que los visitaba sin avisar para disfrutar alguna de sus sinfonías preferidas.
Cuando volvió a Lima, se refugió en el Hotel Lima e hizo de los alrededores del mercado de La Parada su lugar preferido. Este caótico espacio urbano fue la inspiración que definió su obra.
Los arlequines y Marilyn Monroe son personajes recurrentes en su obra. Por un lado, los arlequines fueron una influencia del arte pictórico que conoció en Europa. Y, por el otro, Marilyn fue su eterna musa. Incluso le gustaba bromear que vivía en su habitación.
Durante su pico creativo, su obra pictórica era tan requerida por los coleccionistas, que vendía sus cuadros antes de que lleguen a las galerías de arte.
Hacia el final de su vida, luego de haber sido operado por un tumor en la laringe, usó unas libretas para comunicarse. Lo particular de esto, es que en estas apuntaba de todo, hasta sus cánones estéticos.