Billy Elliot: La libertad de ser diferente

Más allá de ver a un talentoso grupo de niños, niñas y adultos actores cantar y bailar sobre el escenario, “Billy Elliot, el musical” llega por primera vez al Perú para darnos dos grandes lecciones: la importancia de darle valor a nuestros sueños sin importar los obstáculos y no temer a ser diferente. 

Ambientada en Inglaterra de los años 80 la obra nos cuenta la historia de Billy, un niño de 11 años que prefiere bailar ballet antes que pelear en un cuadrilátero de box como su familia había dispuesto. Su pasión y ganas de sobresalir en el mundo de la danza a pesar del qué dirán, hace que su figura sea una gran inspiración para grandes y chicos.

Estos mensajes han quedado claros en los niños y niñas – donde también está Francisca Aronsson –  entre los seis y quince años que forman el elenco infantil. Para ellos, sumergirse en la historia de Billy los ha llevado a tener una perspectiva más abierta de su papel dentro de la sociedad y sobre cómo el ser fiel a uno mismo puede llevarte más lejos.

“Ser diferente no tiene nada de malo. Al contrario, te suma a ti – señala Thiago Vernal, uno de los Billys –. Yo les diría a los niños que solo ellos pueden hacer sus sueños realidad y uno solo necesita lanzarse y atreverse a hacer lo que les gusta. Este musical está hecho para eso, para motivarlos”.

De pie frente a los prejuicios

“Los prejuicios se los genera la gente. No significa que porque use tutú o haga ballet sea gay.  Lo mismo pasa en el fútbol que es considerado solo para hombres; y si eres mujer, eres machona. – comenta Brando Gallesi, otro de los Billys–. Son cosas totalmente ilógicas ya que a cualquiera le pueda gustar cualquier cosa y es libre de elegir”.

Él hace referencia a un episodio que sucedió hace unas semanas durante una sesión de fotos en la calle en la que posaban con tutú  junto a su otro compañero en el rol protagónico de Billy, Ray del Castillo. Brando recuerda que algunas personas se reían, mientras que otras le decían que no deberían estar usando cosas de mujeres. 

A su corta edad y por medio de su actuación, ellos tratan de borrar esos conceptos para que más niños y niñas vean que no hay necesidad de renunciar a sus sueños por encajar dentro de un molde.

“El mensaje también va para los papás, para que apoyen a sus hijos en lo que les gusta. Hoy hay personas que están frustradas porque no lograron ser lo que querían – explica Ray –. Billy no tenía el soporte de su papá hasta que poco a poco van entendiendo lo que le gusta de verdad y le hace feliz”.

Por su parte, Juan Carlos Fisher, director del musical, se mantiene optimista y cree que un gran porcentaje de personas está listo para ver sobre el escenario a un grupo de chicos dar grandes saltos y piruetas con gran alegría. “Esa ignorancia que le dijeron a los chicos en la calle”, como él dice, “no nos representa a todos”.

“La ternura y conmoción de ver a niños haciendo esto en el escenario, es algo con lo que no puedes luchar. Uno simplemente se entrega”, puntualiza Fisher.

En este sentido, Billy Elliot también busca la comprensión y la tolerancia y para ello nos ofrece un viaje lleno de emociones que nos permitirá abrir los ojos ante muchas cosas. Un gran ejemplo a seguir que guardaremos por mucho tiempo en nuestros corazones. 

Billy Elliot, el musical

¿Cuándo? Del 26 de mayo al 8 de julio

¿Dónde? Teatro Peruano Japonés (Avenida Gregorio Escobedo 803, Jesús María)