Identidad · 21 de Sep 2018
Este símbolo patrio ha pasado por muchos ajustes hasta la versión que tenemos hoy. Lo que no cambia es el significado que llevamos en el corazón.
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La versión que conocemos del Himno Nacional del Perú es una modificación de la composición de José Bernardo Alcedo y a la letra de don José de la Torre Ugarte de 1821. Se dice que el libertador don José de San Martín lo escuchó por primera vez en la voz de Rosa Merino y quedó impresionado por la letra y la potencia de su voz. Desde ese momento se convirtió en la marcha representativa del nuevo país.
Es muy probable que cuando escuches el himno no recuerdes exactamente cómo o cuándo lo aprendiste, pero estás seguro que lo sabes muy bien - o tal vez no sepas qué ha cambiado- . A continuación te presentamos seis datos que tal vez no conocías:
En 1821, después de declarada la independencia, el general San Martín convocó a un concurso público, en el cual solicitaba a todos los profesores de bellas artes, compositores y aficionados en general propusieran una composición para la Marcha Nacional del Perú. Fueron 20 las personas que propusieron sus composiciones, pero solo seis quedaron finalistas: Versión de Juan Tena, la segunda de Francisco Filomeno, la tercera de Huapaya, la cuarta de José Bernardo Alcedo, el maestro de la capilla agustino Fray Cipriano Aguilar y la del músico mayor del Batallón Numancia.
El Himno Nacional es un canto patriótico de alabanza, que cuenta la historia de los peruanos alcanzando la independencia compuesta por seis estrofas. Durante muchos años, para no extender el protocolo en las ceremonias, solo se cantaba la primera estrofa, para algunos la más deprimente y triste. Curiosamente fue una estrofa intrusa.
La estrofa intrusa es realmente una letra apócrifa que apareció inicialmente en una versión de Juan Carlos Eklund en 1863, en donde aparecían solo cuatro partes totalmente adulteradas. Esta estrofa realmente pertenecía a una canción patriótica que ya se entonaba en la época de la independencia.
Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró;
condenado a una cruel servidumbre
largo tiempo en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado
¡Libertad! En sus costas se oyó,
la indolencia de esclavo sacude,
la humillada cerviz levantó.
En agosto del 2010, el Ministerio de Educación, emitió la resolución ministerial Nº 0244-2010-ED, publicada en el diario El Peruano, donde "Disponen desarrollar campaña educativa a nivel nacional en institutos y escuelas para promover que se conozca y cante el Coro y la Sexta Estrofa del Himno Nacional", y así reivindicar por fin la versión original de José Bernardo Alcedo.
Para que no estés perdido la próxima vez que te toque cantar el himno en público. Te dejamos aquí la fórmula correcta de cómo cantarlo:
CORO
¡Somos libres! ¡Seámoslo siempre!
Y antes niegue sus luces el sol,
Que faltemos al voto solemne
Que la patria al eterno elevó.
ESTROFA VI
En sus cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres por siempre nos dio.
A su sombra posemos tranquilos
y al nacer por sus cumbres el sol
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob
¡Somos libres! etc.
CORO
¡Somos libres! ¡Seámoslo siempre!
Y antes niegue sus luces el sol,
Que faltemos al voto solemne
Que la patria al eterno elevó.
Si eres de los que se pone sentimental al cantar el Himno con la mano en el pecho, debes saber que en realidad este acto es creación de los futbolistas.
Durante los partidos del Mundial de México 70, los jugadores de la selección nacional, salieron a la cancha y honrando la memoria de la catástrofe ocurrida en Yungay - Ancash ese año, entonaron el Himno como en señal de duelo.
Sin dudar podemos afirmar, que nuestro himno es único y frente a cualquier otro siempre será el más bello. No por nada está en el reverso de los cuadernos, en los momentos más importantes de nuestra vida escolar, en los partidos de fútbol y en ese grito de gol que nos llevó al mundial. Está en el orgullo de sentirnos peruanos y en la incansable satisfacción de ser parte de esta tierra. Así que levanta esa mano derecha, colócala fuerte contra tu pecho y canta muy fuerte, ¡Somos libres!