Artes · 25 de Sep 2018
Ayacucho es la es la cuna de este arte tradicional.
Canal IPe
Cuando pensamos en retablos inmediatamente nuestro imaginario recuerda tradición y arte ayacuchano, pero no pensamos en las historias que cuentan estas cajas de madera detrás de sus puertas. Sus delicadas figuras muestran las costumbres y vivencias de un pueblo. Esta expresión artesana, que se transmite de generación en generación, es una de las piezas más representativas del arte plástico de nuestro país.
Durante el virreinato, los españoles trajeron al Perú las primeras Cajas o Capillas de santero, las cuales se caracterizaban por llevar en su interior la imagen de un santo o una virgen. Estas se usaban en las diferentes actividades del proceso de evangelización a los indígenas.
Las capillas sirvieron de inspiración para elaborar los primero cajones San Marcos. Se les llamaba así porque usualmente presentaban a este u otros santos (San Antonio, San Lucas, entre otros) en la posición central. Estos eran utilizados en los rituales de marcación de ganado como altares portátiles que se trasladaban a las comunidades campesinas.
Los retablos, como los conocemos ahora, surgieron alrededor de 1940. La coleccionista de arte, Alicia Bustamante, fue un personaje importante en el nacimiento de esta artesanía. Ella fue la impulsora de una serie de cambios en el estilo y contenido de las piezas, a partir de los cajones San Marcos. Asimismo, acuñó el nombre de retablo, que proviene del latín retaulus, formado por dos vocablos retro (“atrás”) y tabŭla (“tabla”).
La palabra retablo en español significa altar, es por su significado que son parte de la decoración y funcionan como altares de santos y patronos en la iglesia católica.
Años después, en 1975, los retablos ganaron más reconocimiento con el Premio Nacional de las Artes otorgado al retablista Joaquín López Antay. No obstante, el reconocimiento no fue bien recibido por todos, ya que un grupo de artistas e intelectuales, entre los que se encontraba Fernando de Szyslo, se opuso al reconocimiento al artista ayacuchano. Incluso el debate sobre las bellas artes y el arte popular se sostiene hoy en día.
Con el paso de los años, el arte del retablo se ha ido perfeccionando de generación en generación. Las cajas rectangulares de madera tienen tamaños variados. En el interior, dependiendo de la complejidad de la historia que cuentan, se dividen en niveles, a modo de escenas. Todos los personajes representados son figuras hechas a base de una mezcla de papas cocidas y yeso.
A diferencia de sus antecedentes, los temas representados en los retablos van desde la vida cotidiana, asuntos comerciales, hasta la recreación de importantes críticas sociales y políticas.
Nicario Jiménez Quispe, Jesús Urbano Rojas, Florentino Jiménez Toma y Joaquín López Antay son algunos de los maestros retablistas más representativos.
El retablo es una de las piezas que ha ganado mayor reconocimiento en el extranjero, ello gracias a la exposición de maestros artesanos en ferias nacionales e internacionales y a la exportación de los ejemplares a distintas partes del mundo.
Cuéntanos, ¿Tienes retablos ayacuchanos en casa?