Cine y Teatro · 16 de Nov 2016
Conoce un poco más sobre el maravilloso mundo de la animación.
Caracoles Estudios
Imaginen que dibujan un personaje sobre un papel y que luego tienen la posibilidad de darle vida, verlo correr, saltar y jugar mientras se llena de color. ¿No sería algo mágico? María Esperanza Barbosa, Luigi Esparza y Mauricio Esparza formaron hace unos años Caracoles Estudios, un espacio donde crean emocionantes historias llenas de fantasía y recrean mundos fantásticos que solo han visitado en su imaginación. Conversamos con ellos para descubrir un poco más sobre los misterios del maravilloso mundo de la animación.
ME: Yo llegué guiada por mis grandes amigos Mauricio y Luigi. Hace como 5 años me contaron que tenían un proyecto de largometraje animado para el que necesitaban una productora. Cuando leí la historia de Mochica, nuestra ópera prima, quedé enamorada del proyecto y lo adopté como a un hijo. Juntos le dimos forma y lo hicimos crecer. Hacer películas en el Perú es difícil y si son animadas, ¡más aún!
M: No necesariamente. Ahora hay herramientas que te permiten animar sin haber dibujado con tu propia mano. Lo que se necesita es tener paciencia y ser muy observador, entender el movimiento y saber cómo contar una historia utilizando el lenguaje audiovisual.
L: Un animador tiene que observar y capturar en su mente el movimiento de las personas, los objetos y los animales. Tiene que ser meticuloso, detallista y perfeccionista. Creo que cualquiera puede mover un muñeco en la computadora, pero moverlo hasta que cobre vida es lo difícil. Eso se logra con práctica y constancia.
L: El acting se trata de darle vida a un muñeco dibujado en dos dimensiones. El reto del director es hacer que el personaje tenga la vitalidad que necesita para emocionar y conmover al público, además de transmitir el mensaje de la historia con energía.
ME: Cuando tuve a mis hijas mi mirada del mundo cambió. Sentí una responsabilidad muy grande como comunicadora y además entendí que tenía una herramienta muy poderosa en mis manos. Creo que es necesario que los niños disfruten historias llenas de amor, unión, sonrisas y suspiros, mostrarles historias reales de una realidad que es posible alcanzar.
L: Lo que más me gusta de hacer contenido para niños es esa mezcla de simplicidad y profundidad. Creo que la pureza del lenguaje de los niños convierte la animación en algo que puede consumir cualquier persona en el mundo sin importar su edad. La animación para niños es universal.
ME: Definitivamente el financiamiento. La ley de fomento en el Perú no ampara a la animación como categoría y coproducir con países vecinos se vuelve muy difícil. Igual, siempre hay formas. En Caracoles por ejemplo, hemos encontrado en las alianzas un modelo que nos permite trabajar de forma independiente, estamos aliados con Polirama Estudios y aunque nos estamos tomando nuestro tiempo, tenemos el sólido compromiso de convertirnos en un estudio sostenible y de constante producción.
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