Los Ojos del Camino, la película quechua que nos habla de la Madre Tierra

La película se interna en la cosmovisión andina desde el conocimiento de uno de sus actuales herederos, Hipólito Peralta, un maestro andino que aparece y desaparece deambulando por distintas espacios de los andes,  reflexionando sobre el rol de los seres humanos con la naturaleza.

Los Ojos del Camino fue grabada en escenarios naturales de Cusco, Angaraes, Ayacucho, Junín, Puno, la sierra de Lima y Casma.

En el 2014 ganó el Concurso Nacional de Proyectos de Largometraje Documental y  este año ganó el Concurso Nacional de Proyectos de Distribución de Largometraje, ambos de la DAFO (Dirección de Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios). Es gracias a este último premio que se pueden realizar más de 330 proyecciones a nivel mundial.

Conversamos con el director Rodrigo Otero, para que nos cuente sobre el documental. Aquí la entrevista.

¿Cuál fue tu intención al hacer esta película? ¿Por qué girar en torno a la cosmovisión andina, cómo surgió la idea?

Mi interés en este proyecto es hacer una película para la tierra. La energía que se le ha puesto  desde su concepción y filmación, tanto de mi parte como del protagonista, ha sido de armonía y de unión. Hemos asumido esta película como una misión.

La cosmovisión andina me interesa porque los campesinos andinos están conectados con la realidad sin ideologías. Quisiera que a través del cine podamos hacer intentos de romper las falsas ideologías que nos alejan de la realidad, y que podamos ir más allá de nuestros marcos ideológicos para entender la vida de otra manera. Las personas del ande tienen esto muy puro. En ese sentido, la película no es “chauvinismo andino”, sino es ver el mundo, llegar a la Madre Tierra desde los ojos de la cultura andina, representada por Hipólito Peralta, quien nos presta sus ojos para ver el camino.

¿Cuánto tiempo les tomó hacer Los Ojos del Camino?

Ganamos el premio de producción de documental el 2014 de DAFO. Filmamos todo el 2015, editamos y post producimos el 2016 y tuvimos la película en reserva para soltarla al mundo el 21 de setiembre del 2017.

Han distribuido la película por todos lados, hasta en el extranjero, serán más de 330 proyecciones  ¿cómo lo hicieron posible?

Desde un inicio sabíamos que el objetivo principal era llegar a campesinos, quechuahablantes y personas que se sintieran atraídos al tema. Por lo tanto, era absurdo pretender llegar a salas comerciales. teníamos que buscar otra forma. Nosotros diseñamos el espíritu de la campaña pensando en que la energía de la película provocaría emociones por la tierra, por la vida, al igual que en las ceremonias. Esa energía se podría canalizar en colectivo si haciamos una proyección simultánea en diferentes partes del mundo y del Perú. Las personas organizadas en asociaciones, universidades y grupos de interés se interesaron e involucraron con el estreno organizando las proyecciones en sus lugares respectivos. Así, hemos podido hacer este estreno mundial.

Por otro lado, la película causa mucho interés por tocar un tema fundamental, de una manera muy bella y poética. Por eso el Ministerio de Cultura en el área de Videoteca de las Culturas tuvo la idea de compartirla con 300 tambos en todo el Perú, para nosotros la forma hasta ahora más contundente de llegar a nuestro público ideal.

Cuéntanos sobre las influencias que has tenido para esta película…

Hipólito Peralta ha sido clave. Sin él no hubiera sido posible. Él ha sido un gran guia, y la película ha sido el encuentro de nuestros caminos (incluyo a Maja Tillmann, mi esposa y productora) y el suyo.

Los Apus han sido los verdaderos directores de fotografía. Yo ponía la cámara, encuadraba y ellos ponían la neblina, la luz precisa y los arcoiris delante de mis ojos y mi cámara. Ellos querían que se haga esta película y están abriendo todas las puertas para su difusión. Me siento un instrumento de ellos y de la madre tierra.

Mi hijo Yeshu nació en los días en que ganamos el premio, así que él la trajo a nosotros. Él me hizo dar mi mejor esfuerzo, porque todo hombre con un hijo quiere evolucionar y ser mejor en cada trabajo.

Maja Tillmann con su visión de los andes, su visión de la transmisión de la energía a través de las películas, me ha dado un apoyo y una complementariedad importantísimas.

Alonso Izaguirre me ha dado un apoyo moral único. Él me hizo ver que mi cine si vale la pena.

Y el cineasta con el que más me identifico, el gran Andrei Tarkovsky, no busco imitarlo a él, ni a su cine, pero si sigo su mística cinematográfica.

¿Cuál crees que puede ser el alcance de Los Ojos del Camino en los espectadores? ¿Por qué son necesarias películas como esta?

Los cineastas debemos hacer trabajos que ayuden a nuestro país a salir del enajenamiento intelectual que vive. El Perú tiene que tener artistas que traten de elevar la energía, elevar el nivel, brindar herramientas de conciencia, en vez de contribuir a su vulgarización. Podemos hacer un cine peruano propio, bueno, económico y de alto contenido espiritual y de conciencia. Los Ojos del Camino tiene su propio camino, y no sé aún cuál es. Antes del estreno, donde nos encontramos, parece ser que todo apunta a un gran potencial. Creo que se está convirtiendo en un espejo para que la gente se vea a sí misma, y escriba su propia relación con la Madre Tierra.

Hoy en día, es vital regresar a la naturaleza, porque la humanidad está deslizándose por un camino en el cual el único posible paradero parece ser la esclavitud moral y la ausencia de consciencia.

Si quieres ver este documental peruano tienes tiempo hasta el 19 de octubre. Puede ver la lista de lugares y fechas aquí.