Cine y Teatro · 14 de Nov 2020
De no ser controlada, esta condición puede generarte muchos problemas de salud. ¡Conócela aquí!
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Hoy es el Día Mundial de la Diabetes, una fecha que busca concientizar a las personas sobre la prevención de esta enfermedad. Esta vez no venimos a hablarte de ella, pero sí de una condición menos conocida que, de no ser tratada a tiempo, podría convertiste en diabetes. Hablamos de la resistencia a la insulina.
¿Ya conocías este concepto? Si no es así, la doctora Carmen Fernández, te explica de qué se trata en esta nota.
“Para entender qué es la resistencia a la insulina, primero debemos saber qué es la insulina. Esta es una hormona muy importante para nuestro organismo, que nos ayuda a saber qué hacer con los carbohidratos que ingresan a nuestro cuerpo”, dice.
Eso significa que cuando comemos carbohidratos, como por ejemplo panes o fideos, estos llegan al torrente sanguíneo como glucosa (azúcar). En ese momento el páncreas se activa y empieza a secretar insulina. Esta insulina se encarga de distribuir la glucosa en el músculo, el hígado y el tejido graso para que sea usada, almacenada o quemada.
“El problema llega cuando comemos un montón de alimentos de mala calidad y no tenemos hábitos saludables. No necesariamente nos vamos a ver “físicamente gordos”, pero internamente podemos entrar en un estado de inflamación generalizada, en el que los receptores de insulina que están en el hígado y en el vaso estén tan saturados, que no dejen pasar a la insulina que lleva la glucosa”, menciona.
Al verse atrapada, la glucosa entrará en el tejido graso y eso generará que el cuerpo se confunda y piense que no solo que no te alimentaste correctamente (lo que hará que tengas mucha más hambre), también se sentirá cansado, porque al no entrar la glucosa, no se pudo generar la energía suficiente para que puedas afrontar tu semana.
Además de estos síntomas, otros mucho más evidentes son la acantosis nigricans o la hiperpigmentación del cuello, las axilas, los dedos o ingles, que se puede confundir con suciedad o “carca”. Y los acrocordones, que son como unos granitos de carne que aparecen en el cuello y la entrepierna.
“Cuando veo esos signos en mis pacientes significa que la insulina está pesimamente mal controlada. El siguiente paso en esos casos es hacer un exámen de sangre completo para saber si efectivamente es resistencia a la insulina o si ya se desarrolló una diabetes tipo 2”, dice Carmen.
La forma en la que puedes prevenirla es muy sencilla, solo debes dormir bien (entre siete u ocho horas al día), comer balanceado y hacer ejercicio regularmente (o al menos moverte más).
Todo esto es necesario para ayudar a que la insulina responda mejor al cuerpo, lo que quiere decir que no solo se puede evitar, sino también revertir.
En algunos casos aislados, si esto no es posible, se necesitarán usar algunos fármacos para controlar la situación.
¡Seamos más conscientes de nuestros hábitos para evitar problemas!