Curiosidades · 22 de Jul 2019
Son siete chicas las que comparten la misma pasión por la libertad, la velocidad y la aventura.
Difusión / Canal IPe
Sharon Galopino recuerda como si fuera ayer los paseos en moto por las calles de Piura junto a su papá cuando tenía ocho años. Iban a la playa a caminar, a pescar y ver el amanecer.
“Fue amor a primera vista. Desde que la vi y me subí supe que era algo que quería hacer por el resto de mi vida”, nos cuenta. Ya un poco más grande, a los 11 años, aprendió a montar sola y se movía por su ciudad como toda una profesional, sin miedo.
Mudarse a Lima, una ciudad más caótica y rápida, no le impidió seguir con su pasión. Con su moto de siempre se lanzó a la aventura, a pesar de los accidentes que encontró en el camino.
“No es culpa de la moto, solo debo tener más cuidado. Hay chicas que me han dicho, ‘yo te veo fuerte, independiente, yo no podría, me da miedo’. Yo simplemente les digo que es una forma de desestresarme, de salir de la rutina, es mi momento de escape, es algo que a veces no puedo explicar, pero cuando te subes y sientes el aire pasando por tu cuerpo y todos los vellitos se te erizan, tu vida de alguna manera está más completa”, dice.
"Es una forma de desestresarme, de salir de la rutina, es mi momento de escape, es algo que a veces no puedo explicar".
Pero ese amor era tan fuerte que tenía que compartirlo con alguien más y así es como hace casi tres años nació Las bielas, el primer club de mujeres motociclistas que tiene nuestro país.
“El nombre me llegó de casualidad. Un día llevé mi moto a arreglar y estaba preocupada porque el mecánico me decía que tenía que comprar una biela nueva, que es como su corazón y cuando averigüe, me enteré de que llegaba en un mes. Entonces estuve todo el día con la palabra en la cabeza y pensé, ¿es un buen nombre no? Y nos quedamos con ese”, explica.
A algunas de las integrantes las conoció por Facebook, otras ya eran sus amigas. Ellas se reúnen, por lo menos, tres veces al mes y viajan por el Perú cada vez que pueden. Ya han estado en Huaraz, Tarapoto, Lunahuaná, Huaral y Churín.
“Mucha gente nos ha criticado, nos dicen ‘deberían llevar a un hombre’, pero la verdad es que cada una tiene conocimientos básicos de su moto y antes de salir estamos listas al 100%, con los papeles al día, trajes de seguridad, botiquín de primeros auxilios, somos autosuficientes y estamos preparadas”, menciona.
Este estilo de vida le ha dado mucho. Con los años ha aprendido que si se cae, se tiene que levantar y volver a avanzar. Que no necesita de otra persona para llegar un lugar o lograr una meta, puede hacerlo sola. También, que todos valemos lo mismo y debemos ser tratados igual, sin importar qué tan grandes sean nuestras ruedas.
Esta experiencia también les ha regalado grandes amistades como club, tan incondicionales que son capaces de esperarlas a la entrada de la ciudad de destino si les avisan que están en camino.
"Cuando fuimos a Lunahuaná nos recibieron los chicos de un club de Cañete. Nos dieron la bienvenida y algunos consejos sobre cuáles eran las zonas más peligrosas, para que evitemos sobre parar por ahí. Luego nos tomamos unos helados y unas fotos de recuerdo. La convivencia con otros amigos de ruta es súper chévere, hay mucho compañerismo, camaradería y sobre todo, respeto", dice.
Ellas planean organizar un evento por su aniversario número tres en el que puedan asistir otras comunidades moteras, sobre todo de mujeres, porque les entusiasma que cada vez aparezcan más.
Si quieres enterarte de las próximas aventuras de Las Bielas o unirte a ellas, revisa su página de Facebook. ¡La adrenalina te espera!