¡Estas pijamas aliviarán a los niños con quemaduras!

Según cifras del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de San Borja, cada año se reciben un promedio de 300 niños con quemaduras que necesitan ser hospitalizados. Frente a este problema, un grupo de estudiantes de un instituto se juntaron para desarrollar una solución innovadora. 

Ariadna Dionicio, Jean Gamero, Merly Yarleque, Michelle Carbajal y Sami Luciano, de diseño y gestión de moda; Julio Manrique de diseño de producto y Christian Díaz de dirección y diseño gráfico, trabajaron durante más de cuatro meses para crear una prenda que pueda ayudar a los chicos a sanar más rápido.

Sus grandes aliados fueron los médicos especialistas del mismo INSN y la organización Juguete Pendiente. 

Las súper pijamas

Después de probar con diferentes materiales e ideas decidieron hacer una pijama de algodón pima orgánico con 3% de fibra de cobre. Esta fibra antibacterial tiene entre sus principales beneficios ayudar a que las heridas cicatricen, prevenir potenciales infecciones y reducir el dolor de las quemaduras.

La pijama también busca ser funcional, tiene broches en las mangas y la espalda para darle más comodidad a los niños y facilitar las curaciones y la oxigenación de la piel. 

Pero esta no es la única novedad que los siete estudiantes incluyeron. El empaque, que está hecho de cartón reciclado, tiene forma de conejo. Con este detalle quieren brindarle momentos de alegría a los niños durante su proceso de recuperación. 

¿Cómo? El empaque se convierte en una máscara con visor 3D para que ellos puedan ver con mayor detalle los divertidos estampados de la pijama. La caja también incluye plumones para que puedan pintar la máscara a su gusto.

“Estamos felices y orgullosos de poder ser parte de este proyecto que le agrega valor a la sociedad y ayuda a mejorar las condiciones en las que se recuperan los niños con quemaduras mediante la creatividad”, dicen los miembros del equipo. 

Hasta ahora han donado 25 pijamas al INSM y planean que esta iniciativa crezca todavía más.

Esta historia es una prueba de que podemos usar nuestra creatividad para cambiar al mundo. ¿Qué harás tú?