Curiosidades · 18 de Jun 2019
El Síndrome del quemado o Burnout es un trastorno que afecta la salud física y psicológica del trabajador.
Freepik / Canal IPe
El desgaste laboral ahora tiene un nombre propio: el síndrome del quemado, o en inglés burnout. Este síndrome está vinculado exclusivamente con el ámbito laboral, ya sea por el estrés causado por el trabajo u otro problema relacionado al entorno de trabajo. Puede traer consigo consecuencias graves como la ansiedad o depresión, lo cual puede ser somatizado por el cuerpo.
El número de trabajadores que padece este trastorno va en aumento, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió incluirlo oficialmente en su clasificación internacional de enfermedades relacionadas al empleo. Se estima que afecta al 10% de la población activa en el mundo.
La OMS describe el agotamiento por trabajo si la persona tiene: “Sentimientos de agotamiento o agotamiento de la energía; aumento de la distancia mental del trabajo o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo; y reducción de la eficacia profesional”. Además, destaca tres síntomas propios del trastorno:
– Agotamiento extremo.
– Sentimientos de negativismo, cínicos o distanciamiento del trabajo.
– Importante disminución de la eficacia laboral.
Este agotamiento sucedería cuando el trabajador siente que la exigencias de su trabajo superan las recompensas, el tiempo de descanso o el reconocimiento laboral.
Las consecuencias en el trabajador van desde lo psicológico a lo físico. Entre los efectos psicológicos se encuentran la depresión, el insomnio, incluso puede llegar a la hospitalización por trastornos mentales. En cuanto a los físicos, se relaciona con conductas violentas, dolores de cabeza, malestar corporal, trastornos cardiovasculares e incluso mortalidad antes de los 45 años.
Sin embargo, existen alternativas que puedes realizar cada vez que sientas que el trabajo está siendo mucho para ti. Por ejemplo, es importante tomarse un tiempo para uno mismo. Organicémonos de manera que podamos tomarnos una pausa y encontrar actividades que nos gusten, eso ayudará a disminuir el desgaste.
Otra actitud que podemos evitar, es la de ser muy exigentes con nosotros mismos. Convirtamos las tareas en oportunidades de aprendizaje, y entendamos que el error puede ser una opción, porque finalmente podremos mejorar sobre eso. Aceptémonos a nosotros mismos, sin estar pendientes de qué puede pensar el otro de nosotros.
Otro consejo es aprender a decir que no. Los momentos fuera del trabajo son para descansar, no aceptemos llevarnos tarea para los fines de semana o después del trabajo. Además, aprendamos a negociar tiempos, cuando sentimos que una tarea nos tomará más tiempo del previsto.
Estos son algunos consejos que se proponen para evitar terminar “quemados” en el trabajo. En este caso, la organización es básica para proteger nuestra salud.