Ecología · 07 de Oct 2016
Con este sencillo cambio puedes ayudar mucho a nuestro planeta.
Ysa
Ahora que hablamos del ambiente, ¿te has puesto a pensar cuánto contaminamos las mujeres durante nuestro ciclo menstrual? Te lo ponemos así, una mujer durante su vida fértil y con un flujo normal consume alrededor de 13 000 toallas higiénicas o tampones al año; es decir, genera aproximadamente 65 kg de basura. Además, cada toalla demora alrededor de 500 años en degradarse, lo que quiere decir que dejará huella por mucho tiempo… y no necesariamente la huella que queremos dejar en este mundo.
Por eso te presentamos una alternativa poco difundida por la publicidad, pero que quizá sea la mejor para contribuir con el cuidado de nuestro ambiente y nuestra salud.
Hace un par de años en las redes sociales se comenzó a compartir información sobre una nueva alternativa a las incómodas y poco saludables toallas higiénicas o tampones: la copa menstrual. Sin embargo, este método no es tan nuevo como pensábamos, ya que en realidad se tiene registro del uso de copas desde 1867.
La copa ha evolucionado, con el paso de los años, de ser un artículo duro e incómodo hecho de caucho a uno de silicona quirúrgica, suave y anatómica. Su uso es fácil aunque, por ser un producto que debemos introducir por el cuello uterino, las primeras veces que la usemos pueden ser un poco complicadas, es solo cuestión de costumbre y maña.
Por otro lado, a esos beneficios se suma el del ahorro económico. La copa menstrual tiene una duración de 10 años y el precio, en Perú, rodea los 100 soles. Si consideramos que una mujer gasta alrededor de 60 soles anuales en toallas higiénicas, entonces estamos hablando de 600 soles en 10 años, lo que hace evidente el ahorro que implica cambiar de método.
Si bien conseguir este producto en Perú no es cosa fácil, hay algunas tiendas de productos naturales en las que se puede adquirir. También hay grupos de jóvenes mujeres que difunden la ginecología natural y el uso de la copa como parte de su filosofía que podrán informarte más sobre los beneficios de este método. Puedes encontrar información sobre ellas en Facebook.
Las toallas higiénicas se publicitan muchas veces con el anuncio “siéntete protegida” pero, protegida ¿de qué? Algunos estudios señalan que, además del problema ambiental, también pueden generar un efecto negativo sobre nuestra salud. La humedad generada por la malla sintética de la toalla propicia el ecosistema perfecto para que hongos y bacterias convivan en nuestra zona genital, generando en nosotras picazón y distintos tipos de infecciones. Del mismo modo, la sangre expulsada por nuestro cuerpo en realidad no tiene olor fétido, sin embargo la acumulación de sangre en la toalla genera este mal olor e incomodidad.
No se trata de satanizar nuestros fluidos, sino de buscar un punto medio entre nuestra comodidad y el cuidado del planeta. Por ello, es importante, tanto para nuestra salud como para el ambiente, considerar alternativas de higiene más amigables con el ecosistema.
Si cada una de nosotras considerara el uso de esta opción podríamos ahorrarle al planeta 65 kg de basura anuales. Si consideramos la cantidad de mujeres en edad fértil y que utilizan toallas higiénicas que existen en Perú, entonces esta cifra se hace muchísimo mayor. En un año, aproximadamente 11 millones de peruanas podrían reducir la producción de basura que se genera en nuestro país en 715’000,000 kilos.
Existen mil y un maneras en las que podemos contribuir con el medio ambiente. Como mujeres, esta es una de ellas. Y tú, ¿qué otros hábitos cambiarías?
Si quieres conocer más sobre el tema, mira esta pieza de Clan Destino.