Ecología · 08 de Abr 2019
Parque Productivo no solo trabaja para que estos espacios existan sino para que generen sus propios recursos y empoderen a la comunidad.
Antarki / Canal IPe
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tener 9m2 de áreas verdes por persona para crecer saludablemente, sin embargo Lima tiene solo 3m2. Este problema motivó a los jóvenes arquitectos Lizia Rivera y Felix Libio a crear Parque Productivo, una iniciativa que tiene como objetivo ser sostenible en el tiempo. Los dos crecieron en distritos que sufrían por la falta de árboles y desde siempre sintieron que debían hacer algo para cambiar esta situación.
¿Qué es un parque productivo? Este concepto nace de la idea de buscar que el propio parque genere recursos para poder subsistir. Para lograrlo, ellos y su equipo diseñan y construyen los parques de manera colaborativa y plantan bambú en el 20% del espacio restante. Sus primeros pasos fueron en dos sectores de Huancayo y luego llegaron a Villa El Salvador, dispuestos a transformarlo por completo. Ahora se encuentran trabajando en el desarrollo de un espacio que ya alcanzó los 5000 m2.
“La idea no es hacer un parque que a mí me guste sino algo funcional que sea diseñado entre todos, para eso creamos un comité ambiental que tiene el respaldo de la municipalidad y que se encarga de sensibilizar a los vecinos y poder transmitirles cómo esta iniciativa puede cambiar sus vidas”, cuenta Lizia.
El proyecto se financia por sí solo gracias a la empresa social que han creado llamada Antarki, que es el nombre del protagonista de una leyenda Aymara: un niño que sueña con volar y le pide ayuda a las fuerzas de la naturaleza para poder lograrlo. Su producto estrella son los lentes de sol, hechos con el bambú que se cosecha en los parques.
A largo plazo, Lizia y Felix, buscan que todos los parques del distrito se interconecten, que empiecen a autogestionarse y que los vecinos se involucren de manera directa. “Lo que buscamos es transformar la industria del bambú, dar talleres de fabricación para que este material sirva para todo. La idea es que si, por ejemplo, falta una banca en el parque, corten la planta y la fabriquen ellos mismos”, dice. También capacitan a los vecinos para que desarrollen productos ecoamigables como macetas, lámparas, lentes, relojes o tengan la opción de venderle la materia prima a Antarki o a otras empresas y así generar ganancias que los ayuden a mantener sus áreas verdes.
Con Parque Productivo los vecinos no solo obtienen un pulmón verde para su distrito, sino también puestos de trabajo, el aumento del valor comercial de sus casas y un cambio radical en su estilo de vida. “La inseguridad ha disminuido muchísimo, porque ahora ellos cuidan la zona, no era necesario contratar a nadie ni poner cámaras, sino que se conozcan entre ellos y sean solidarios. También hay muchos vecinos que han comenzado a pintar sus casas, a ordenar sus fachadas. El autoestima del barrio empieza a mejorar cuando vemos que estos espacios comunitarios empiezan a cambiar,” reflexiona Lizia, orgullosa.
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