Ecología · 25 de Ago 2016
Te contamos el increíble mito del zorrito de montaña peruano.
Imagen: Pixabay
¿Sabes qué o quién es el Atoq? Probablemente en este momento estés pensando que ese nombre es completamente desconocido para ti y que, si se trata de un animalito, debe ser uno que no conoces. Si es así, quizá te equivoques. Atoq significa zorro en quechua y es el nombre que usan las personas en la sierra para referirse al zorrito de montaña, el mismo que todos conocemos.
En la mayoría de mitos andinos, el Atoq aparece como un animal un poco contradictorio. A veces es un buen amigo y, otras, un animal solitario y misterioso. Lo que está claro es que el Atoq es un personaje sabio, audaz, inteligente y muy importante para las personas que viven en los andes del Perú.
La importancia del Atoq nace de un mito conocido como “La fiesta del cielo”. Cuenta la historia que, hace muchos años, un cóndor bajó de las alturas para invitar al zorro y al sapo a una gran fiesta que se había organizado en el cielo. Ambos animales aceptaron y subieron al lomo del gran ave que, en solo unos minutos, los llevó hasta las nubes. Era una gran fiesta, había muchas bebidas deliciosas y platillos que el zorro no había probado nunca. Se sintió tan emocionado que empezó a comer y comer sin parar, y probó frutas, verduras, cereales y miles de papas de todo tipo.
Las horas pasaron, se hizo tarde y el cóndor quería irse a dormir. Les ofreció al zorro y al sapo bajarlos hasta la tierra, pero el zorro se negó porque quería seguir en la fiesta. Después de discutir un poco, finalmente logró convencerlo. Lo subió a sus alas y empezaron el camino de vuelta. Iban volando muy alto, entre las nubes, cuando el zorro empezó a criticar a la gran ave por haberlo sacado de la fiesta. En la mitología andina, por su parte, los cóndores son retratados como personajes tercos, soberbios y con poca paciencia. Si bien este trató de mantenerse calmado y evitar escuchar las quejas del pequeño animal que llevaba encima, llegó el momento en el que no lo soportó más y, con solo un pequeño movimiento, hizo que el zorro se resbalara de su lomo dejándolo caer hasta la tierra.
El zorro cayó en un lugar casi desértico, su caída generó una gran nube de polvo y cuando el pequeño zorro murió, dejó desparramada sobre el suelo la gran cantidad de comida que había ingerido durante la fiesta. Dicen las fábulas que fue ahí, en ese momento, donde se crearon las plantas y semillas que hasta hoy cultivan los hombres andinos y que han alimentado a los pobladores de la sierra a lo largo de la historia.
En la sierra del Perú, las estrellas brillan muy fuerte y existe una constelación llamada “la constelación del zorro”. Los agricultores aseguran que cuando la última estrella de la cola del animal brilla de forma permanente, es el mejor momento para sembrar alimentos. Además, consideran que todos los zorros que habitan la zona tienen la misión de subir hasta el pico más alto de la montaña y conectar la tierra con el cielo. También cuentan que cuando alguno de estos animalitos desaparece por muchos días, es porque “anda buscando al cóndor…”
Si vives en la sierra o viajas algún día por allá, mira un rato las estrellas y busca la constelación del zorro. Es grande, linda y tiene estrellas rojas en el lomo. ¿Ya conocías esta historia sobre el zorrito de montaña? ¿Has escuchado alguna otra sobre animales del Perú? Si te gustan las fábulas, cuéntanos cuál es tu animal favorito y nos pondremos a investigar a ver qué historia encontramos sobre él.