Ecología · 08 de Mayo 2018
¿Sabías que en el censo del 2016 solo se contabilizaron 350 individuos?
Canal IPe
El suri, o ñandú andino, vive uno de sus momentos más críticos en el altiplano peruano. Son distintos los factores que amenazan la vida de esta especie. Aquí te contamos cuáles son las principales.
La actividad minera y los proyectos hidroenergéticos son las principales amenazas del suri debido a la maquinaria pesada utilizada en sus actividades. El alto tránsito de la maquinaria pesada y el ruido hacen imposible que las especies puedan desenvolverse con normalidad en su hábitat natural.
El hábitat del suri son zonas amplias donde puede movilizarse y encontrar alimento. Lamentablemente, estos espacios están siendo ocupados por comunidades que entre sus actividades tienen a la ganadería, lo cual genera competencia entre las especies y el desplazamiento del suri a zonas más elevadas, donde le es más difícil conseguir alimento.
Finalmente, la caza del suri es otro de los factores que impacta a la población. El suri es cazado por sus plumas y la grasa. En el caso de las plumas, estas son utilizadas en la vestimenta de danzas típicas como los Ayarachis, en Puno o los Suri sikuris, en La Paz. Por otro lado, en el caso de la grasa se utiliza como insumo para la medicina tradicional.
A pesar de que el suri sea una especie típica del altiplano peruano y boliviano, no se han hecho muchos esfuerzos científicos por conocer más de su genética y su relación con su hábitat. Recién el 2015 se aprobó un Plan Nacional de conservación.
A pesar de que el bajo número de suris es preocupante, en el 2008 eran 450 y el 2016 solo se contabilizaron 350, no todo está perdido. Afortunadamente, existen iniciativas de conservación de las especies. En el Área de Conservación Regional Vilacota Maure, el Área de Conservación Privada Taypipiña y Checca, en Puno. Además, hay una bastante lejos de su hábitat natural, en Chiclayo, donde existe un criadero de aves rápidas.