Identidad · 14 de Jun 2017
Conversamos con Martín Polo y la Borda, un aspirante a Pablucha, sobre su experiencia en una de las peregrinaciones religiosas más increíbles del mundo.
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Mucho se ha dicho y escrito sobre el origen del Quyllur Rit'i, la peregrinación que año a año lleva a miles de personas a las faldas del nevado Ausangate en la provincia de Quispicanchi en Cusco. Por un lado, hay quienes señalan que es una tradición que se remonta a culturas anteriores a la incaica y, por otro, los que dicen que su origen es religioso y data de la época colonial a finales del siglo XVIII.
Esta tradición, con matices de celebración andina y religiosa, se mantiene vigente y es organizada por la Hermandad del Señor de Quyllur Rit'i. En la actualidad reúne a alrededor de 10 000 personas entre turistas y peregrinos de diversas zonas agrupados en 14 naciones. Dos de las principales son las de Paucartambo y Quispicanchis, las cuales representan a agricultores y ganaderos, respectivamente.
La peregrinación y el ritual consisten en acompañar a la imagen del Señor o Tayta con comparsas de baile representativas de cada una de las naciones. El acto central es el retorno de los Pabluchas del nevado Colquepunku, al cual solo ascienden ellos vestidos con trajes similares al pelaje de un oso de anteojos. La tradición dice que los grandes bloques de hielos con los que bajaban tenían propiedades milagrosas. Hoy en día el calentamiento global impide que la tradición continúe debido al derretimiento del nevado.
Los Pabluchas, además resguardan a chicotazos las normas de la tradición de toda la peregrinación. Si ellos ven a alguna persona bebiendo a lo largo del recorrido los castigan.
Conversamos con Martín Polo y la Borda, un aspirante a Pablucha, para que nos cuente sobre participación en esta tradición.
Esta es la primera vez que hago el peregrinaje como Pablito. Antes había ido un par de veces como turista. Desde la primera vez que fui, lo que más me llamó la atención fue el nevado y los Pablos bajando de este.
Me motivó la curiosidad de hacer lo que los Pablos hacían. No solo subir al nevado, sino también, porque después de regresar al nevado, los Pablos y todas las comparsas inician un recorrido hacia Tayancani. En este caminan casi 24 horas hasta el alba para recibir al sol, y realizar danzas y ceremonias.
Varios amigos participan activamente de este recorrido, para ellos la resistencia física, junto con el esfuerzo son vitales. En esta ocasión me animaron a ir, y yo accedí con mucha felicidad.
Ser Pablito es pertenecer a una comparsa de bailarines que tienen una finalidad: peregrinar a Quyllur Rit'i, hacer los recorridos, subir al nevado, y proteger el santuario.
No existen requisitos previos, más que el tiempo, la fe, y finalmente, que el grupo te acepte, ya que pueden ser muy estrictos en escoger a sus integrantes. Como comenté, pesa mucho el esfuerzo físico que se realiza en la peregrinación. Por ende, el trabajo grupal y estar en excelentes condiciones son requisitos importantísimos para todo el grupo. Yo pertenezco a la comparsa de Pablitos de la nación Paucartambo, nación que es la más antigua, y la primera en entrar al santuario. Cada Nación tiene sus propias costumbres, así como sus trajes.
El nevado Ausangate está en un proceso de deshielo a causa del calentamiento global.
Se le dice Pablitos a los jóvenes aspirantes a Pabluchas.
El Quyllur Rit'i es una de las pocas tradiciones religiosas que se celebra a 5000 msnm.
El 2004 la UNESCO reconoció a este peregrinación como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.