Se prepara la primera serie animada sobre plantas sagradas de la Amazonía

La Amazonía está llena de riqueza. Solo basta con acercarse a su mitología y su cosmovisión para quedar sorprendidos. Es ahí donde encontramos a las plantas sagradas, que están sorprendiendo al mundo con sus capacidades sanadoras.

Este fue el tema el elegido por el proyecto Aniamazonía, del Taller Ambulante de Formación Audiovisual (TAFA), que está en camino a crear la primera serie comunitaria sobre los secretos que guardan las plantas sagradas. Este es el mayor desafío que se ha puesto el colectivo a la fecha.

Conversamos con Alexander Muñoz, director de Aniamazonía y de la serie, para que nos cuente cómo nació este proyecto, que ya tiene listo su primer teaser.

¿Cómo fue el proceso de elección del tema?

Nosotros trabajamos con comunidades andinas y amazónicas desde hace 14 años. Desde que empezó el primer taller nos dimos cuenta del potencial que tenían los mitos y las leyendas de la selva. Notamos que el mundo vegetal tenía mucho que decir. Por eso elegimos hablar sobre las plantas maestras o sagradas, contar su historia en una serie animada.

¿Todos estaban familiarizados con las plantas sagradas y su uso?

Dentro del equipo del taller ambulante sí. Ya venimos haciendo ceremonias y rituales con plantas sagradas. También hacemos investigaciones personales con respecto a su uso, a las dietas, a los ayunos que se necesitan para poder estar en sincronía con lo que te ofrece el mundo vegetal.

¿Cuál es el hilo conductor de la historia y su objetivo central?

El hilo conductor son las plantas maestras y sus propiedas sanadoras. Desde su nacimiento hasta su desarrollo. La historia comienza con dos hermanos gemelos que son plantas llamadas huito y achiote. En la ficción les pusimos Ishi y Nantu. Uno es completamente oscuro como la semilla del huito y el otro es rojo como el achiote.

Juntos viven diferentes aventuras mientras van aprendiendo sobre las plantas. Su misión es encontrar la medicina correcta para su abuela, que está muy enferma. La historia será contada por episodios y cada episodio se centrará en una planta distinta.

La amazonía ha estado muy relegada y tenemos mucho que aprender de ella.

¿Por qué eligieron al stop motion como técnica de animación?

Nos hemos especializado en esta técnica que vamos perfeccionando con los años porque no toma mucho tiempo y es fascinante si hablamos de oportunidades creativas porque nos permite potenciar la cosmovisión amazónica y sus viajes psicodélicos, jugar con luces de neón, con personajes fantásticos.

Por el trabajo que hacemos dentro de las comunidades indígenas el stop motion se ha presentado como una opción bastante amigable. Hemos logrado empoderar a los artistas nativos y potenciar su imaginación porque pueden usar los materiales orgánicos que les da el bosque y encontrar una propuesta estética auténtica. Hemos visto las maravillas que pueden hacer con cortezas de hojas, semillas, barro.

¿Cómo fue la experiencia de acercarse a la Amazonía desde otra perspectiva?

Acercanos a la Amazonía significó acercanos a las organizaciones sociales, a las comunidades, a las familias, a las personas. Se ha creado un vínculo muy transparente de trabajo coordinado. Desde hace unos años, por ejemplo, trabajamos con el Formabiap (Programa de Formación de Maestros Bilingues de la Amazonía Peruana). Es importante tener aliados relevantes. Eso denota el carácter de sostenibilidad que queremos darle al proyecto. Estas alianzas nos han permitido tratar esta producción desde otra óptica.

¿Qué es lo que se llevan de este taller además de un producto audiovisual?

Del taller nos llevamos una comunidad más solida, estable, que funciona. Son chicos de todo el Perú. Hemos tenido representación de los pueblos kukama kukamiria, shaui, awajún, ashaninka, también de comunidades andinas y de ciudades importantes como Iquitos, Pucallpa y Madre de Dios, gente que dedica su vida a mostrar las expresiones artísticas del mundo amazónico y a su conservación. Es una comunidad de animadores diversa con la que sabemos podemos contar cuando produzcamos la serie a gran escala.

¿Qué otros proyectos tiene Aniamazonía?

Después de la serie, Aniamazonía seguirá con los talleres. Buscamos en el mediano plazo ser una incubadora de proyectos. Ayudar a otros colectivos interesados en las mismas temáticas que nosotros a gestar o dar inicio a sus propios proyectos. Nos han invitado a que repliquemos este modelo en otros países  y es algo que nos emociona mucho, porque nos llaman no solo por lo que se ha hecho sino por cómo se ha hecho.

¿A través de qué plataforma se presentará la serie? ¿Ya tienen fecha de estreno?

El proyecto todavía se encuentra en una etapa inicial, pero buscamos que se difunda de manera digital, sin ser excluyentes. Lo ideal sería que también salga por señal abierta. Esos detalles los tendremos cuando tengamos listo el piloto este año. Buscamos que la obra tenga un impacto social importante tanto aquí como afuera. Tenemos el apoyo del Ministerio de Cultura con los fondos que ha implementado hace un año. Hoy se han dado cuenta de la importancia de tener proyectos nacionales de calidad que puedan estar a la altura de lo que se hace en países vecinos.

¿Por qué es importante que todos los jóvenes (y los peruanos en general) se acerquen a estas temáticas?

Para nosotros es muy importante que se conozca la historia de la Amazonía de una forma más amplia y no solamente por lo que nos han contado en el colegio. Queremos mostrar la riqueza del mundo amazónico en todos sus aspectos. Hemos estado menospreciando las capacidades sanadoras de estas plantas maestras durante mucho tiempo y si conocemos algunas de ellas, las conocemos desde una realidad distorcionada. Como el tabaco, que es una planta poderosa, pero en el mundo occidental es una droga.