Identidad · 25 de Feb 2019
Esta colorida danza es un orgullo del departamento de Apurímac.
Andina / Canal IPe
El Perú está lleno de maravillosas expresiones culturales. Sus danzas son una muestra de ello. En todas las ciudades podemos encontrar diferentes coreografías cargadas de misticismo, alegría, pasión y llamativos trajes.
En el distrito de Haquira, provincia de Cotabambas, Apurímac, se baila la wayliya haquireña, una danza que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
Sobre su origen se cuenta que comenzó con los llameros, nombre que se le ha dado a los pastores que viven en las zonas altas, junto a los Apus. No es casualidad que uno de los instrumentos más usados durante la actuación sea la esquila, una campana que sirve para guiar a las vacas, llamas, vicuñas y alpacas. También es común escuchar matracas.
Esta danza, que evidencia el encuentro entre las tradiciones culturales indígenas y la religiosidad cristiana que se dio a lo largo del Virreinato, se celebra el 25 de diciembre, para darle la bienvenida a la Navidad.
La organización del evento está a cargo de los mayordomos o carguyoq, que cambian cada año. Ellos tienen la misión de preparar y guiar a las comparsas. Las actividades empiezan antes de que salga el sol. Durante las primeras horas del día, todos los personajes: el negro, el majeño, la waylala, los llameros y las wayliyas, toman sus posiciones para dar inicio a esta fiesta cargada de historia.
Existen wayliyas en otras provincias de Apurímac como Antabamba y en los departamentos de Huancavelica, Ayacucho, Arequipa y Cusco, pero cada una tiene elementos propios de cada localidad que las diferencian entre sí.
El Ministerio de Cultura destaca el esfuerzo que hace la comunidad para mantener intacto este ritual a pesar de los años, trasmitiéndolo de generación en generación.
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