Música · 13 de Jul 2016
Natalia Vajda y Estefania Aliaga nos cuentan sobre Warmi Rock Camp.
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Hace unos días, estuvimos con Natalia Vajda y Estefanía Aliaga, dos de las cuatro fundadoras de Warmi Rock Camp, el primer campamento de rock para niñas del Perú. Conversamos un poco sobre este lindo proyecto y queremos compartirlo con ustedes.
Natalia Vajda (N): Warmi Rock Camp es una organización sin fines de lucro. Lo que hemos hecho es crear un campamento para niñas que en realidad se denomina campamento porque es una convivencia, pero todo sucede durante el día, nadie se queda a dormir. Empieza el lunes y termina el sábado con un concierto donde tocan las bandas que se formaron durante la semana. Empezamos hace menos de un año y se llama Warmi Rock Camp porque si bien ahora hemos empezado en Lima, nuestra idea es llevarlo a otras ciudades del país.
Estefanía Aliga (E): Es un campamento interactivo donde trabajamos aspectos del desarrollo personal de las niñas a través de la música. Nuestro principal objetivo es estimular el empoderamiento basado en dos aspectos que consideramos claves: autoestima y autonomía.
N: En realidad esta es una idea “importada” (risas), es un movimiento mundial creado en Estados Unidos hace más de diez años. Todo empezó a partir de una experiencia mía como voluntaria en Girls Rock Camp Alliance (GRCA). Como yo siempre he trabajado dando clases de música a niñas, me interesé mucho por el campamento cuando escuché hablar de él así que investigué y en el 2013 terminé yéndome a Nueva York. Aprendí muchísimo, me di cuenta de que el campamento va más allá de un simple taller de música o una experiencia divertida, hay un trabajo muy importante detrás. Cuando volví a Lima me sentía muy motivada así que convoqué a mis mejores amigas, nos pusimos las pilas y creamos la organización. Estefanía, Gisella, Fiorella y yo somos la junta directiva del campamento.
E: Como Natalia comentó, las cuatro venimos trabajando en temas educación musical hace mucho, cada una desde su área. Ya teníamos una experiencia al respecto pero igual hemos tenido que investigar y asesorarnos con especialistas.
N: El primer día las niñas que llegan son agrupadas por edades y tenemos una gran asamblea de inicio. Hacemos juegos y actividades para conocernos un poco y darnos la bienvenida. Luego forman sus bandas, escogen su instrumento y se ponen a trabajar. Durante la semana tienen lecciones de instrumento participan en distintos talleres complementarios: collage para diseñar afiches, serigrafía, estampado de polos y clases de instrumentos. ¡Todo el día están ocupadas! Tienen sesiones de fotos, charlas, viven la experiencia de crear una banda de principio a fin. La hora del almuerzo es muy bacán porque comparten con los voluntarios y además hay una banda en vivo, eso es importante porque las niñas normalmente no tienen acceso a ver una banda, y mucho menos a estar en primera fila y poder conversar con los integrantes. Al final del día tenemos otra asamblea donde se resaltan los mejores momentos del día, los llamamos “momentos warmi”. Al final de la semana es el concierto. Vendemos entradas a las familias y amigos y las niñas se emocionan mucho al ver que su experiencia es una realidad tangible, hay un poster con los nombres de sus bandas en él, polos, ¡y mucha gente escuchandolas!
E: Las asambleas fueron bien importantes, hicimos algo llamado “El muro de la amistad” y las niñas escribieron mensajes positivos para sus compañeras. Creo que en general lo mejor que podemos hacer es lograr que el campamento sea un espacio en el que las niñas se empoderen en cada parte del proceso, que vivan su propio aprendizaje. Por eso es importante la asamblea final, porque es un espacio de reflexión.
E: Partimos de un proyecto ya armado, el campamento para mujeres GRCA. Sin embargo, nosotras como mujeres hemos vivido situaciones en las que nos hemos sentido vulnerables en distintos niveles y creemos que ese no es un tema menor en el Perú. La música nos ha ayudado mucho en la construcción de nuestra propia vida en contextos muchas veces violentos y creemos que el desarrollo personal a través de la música es una combinación valiosa, importante y necesaria. No es nuestra intención excluir a la población masculina, pero sí quisimos concentrarnos en trabajar con mujeres, consideramos que merecen un espacio seguro y de confianza donde desenvolverse en esta etapa tan vulnerable de sus vidas.
E: Para mi la música es comunicación, conectar con las personas. Creo que una de las capacidades más importantes que desarrollan los niños al acercarse a cualquier práctica musical es la de aprender a conectarse con el otro: escuchar, proponer, trabajar en equipo.
N: Creo que es importante porque estimula la creatividad y los motiva a que superen sus propias expectativas. A veces llegan sin saber nada, se ponen una meta, y al terminar el día sienten que lo lograron. Superaron sus propias limitaciones, aprendieron algo. Aquí no estamos formando músicos, estamos formando personas y se logran cosas increíbles. Escuchar todo lo que tienen por decir es maravilloso, se trata de amplificar las voces de los niños, y de que construyan su propia voz.
Actualmente Natalia Vajda es guitarrista de la banda Mercury Toys, Fiorella toca con Eva Luna, Gisella es baterista de Kanaku y el Tigre y de Gianmarco, y Estefanía fue bajista en la banda Las amigas de Nadie y en el proyecto Huacas, burbujas y Rock N Roll con Rafo Raez.