Padres · 17 de Jul 2017
En esta nota, te decimos cómo hablar sobre educación financiera con los pequeños de la casa.
Canal IPe
Hablar de ahorro y dinero va mucho más allá de colocar monedas en una alcancía en forma de chanchito o hasta en una caja de zapatos, especialmente si lo tratamos con los chicos. Ver detrás de aquel deseo por un robot o una muñeca nueva puede servirnos de puente para conversar sobre educación financiera y sentar las bases para formarlos como adultos responsables de sus propias finanzas.
¿Suena complicado? En Chicos IPe quisimos esclarecer todas tus dudas sobre este paso y fuimos en busca de Paulo Alday, asesor financiero y autor del libro “El reino infantil de las Finanzas”.
Una explicación sencilla sería que “el ahorro es la diferencia entre el dinero que tengo y el dinero que gasto”. Para ahorrar es fundamental ayudarles a distinguir entre necesidades y deseos, por lo que debemos inculcarles buenos hábitos de consumo y a tomar decisiones sanas respecto a su dinero.
Tenemos que dejar de lado el tabú y hablar abiertamente con ellos. Abordemos el tema con naturalidad y con un lenguaje fácil de comprender. Podemos compartir una anécdota o error que hayamos cometido en nuestras finanzas, preguntarles qué piensan del dinero o emplear juegos para explicarles para qué sirven los cajeros automáticos o tarjetas de crédito, por ejemplo.
Si decidimos hacerlo, debemos decirles que no es una recompensa por algo que hayan hecho o una obligación de los padres. Conversemos con ellos para guardar una parte cada vez que reciban un dinero, gastar en lo necesario y destinar sus ahorros en cosas duraderas. Una libreta de ahorros puede ayudarlos a llevar un control de sus gastos.
Estudios demuestran que lo mejor es entre los 7 y 10 años, edad en la que ya dominan sumas y restas. Personalmente, creo que la edad ideal es cuando comienzan a pedirnos que les compremos cosas o nos piden dinero pues ya son conscientes que el dinero se puede utilizar para el intercambio de productos o servicios.
Fomentar el ahorro no solo será productivo para los chicos, sino que también puede ser una actividad para llevar en familia por un bien común. Recuerda que la mejor educación siempre viene de casa.