Padres · 16 de Ene 2019
Aprender Artes Marciales no solo es defensa personal, también es aprender disciplina y perseverancia.
Pexels
Con nombres que pueden ser difíciles de pronunciar, más de una vez te habrás preguntado como yo: “¿qué son exactamente las artes marciales?”
Las artes marciales se relacionan a las culturas asiáticas – como la china o la japonesa– pero en general se remontan al inicio de la humanidad, en donde los hombres luchaban cuerpo a cuerpo por el poder. El método de combate conocido más antiguo es la lucha que hoy ya contiene distintas variedades.
El kung-fu, judo, aikido y kendo son algunas de las variedades. ¿Pero qué beneficios tienen estos deportes para el desarrollo de nuestros hijos?
El aprendizaje y la puesta en práctica de cualquier arte marcial requiere de disciplina y valores. En el entrenamiento, el sensei se enfoca en controlar las habilidades motoras de los niños e inculcar respeto. Algo muy importante, debido a que es usual que se utilicen patadas, golpes y bloqueos por lo que el respeto hacia el contrincante debe estar por encima de cualquier movimiento.
Estas disciplinas requieren gran precisión. Lograr los movimientos adecuados puede ser una tarea muy exigente. Práctica, repetición y constancia son el camino para dominar todas las técnicas. Ver que logra por sí solo cada movimiento le enseña a enfrentar la vida de un modo diferente ganando confianza.
Proponerse metas y cumplirlas es gratificante. Los chicos pueden ganar confianza por sus logros y sentirse orgullosos por cómo los demás lo perciben. Para niños con alguna condición puede ser beneficioso, pues desvían la atención de sus problemas y les ayuda a fomentar una mejor visión de sí mismos.
Todo ejercicio beneficia al desarrollo del sistema cardiovascular. Los músculos se estiran y se adquiere mayor flexibilidad.
Las filosofías en torno a estas disciplinas precisan de respeto por el prójimo. Por lo que en un encuentro lo más importante es desarrollar la técnica y no mostrar superioridad. El trabajo personal de estas técnicas se relaciona con la empatía, lealtad y humildad que los hará mejores personas.
+ Judo: Es de origen japonés y puede empezar a practicarse desde los cuatro o cinco años. Es una disciplina olímpica y tiene siete grados establecidos (blanco, amarillo, naranja, verde, azul, marrón y negro). Se enfoca en la fuerza, velocidad, rapidez, coordinación y equilibrio. El objetivo del judo es tumbar al adversario sobre una colchoneta. En Perú existe una federación y puedes revisar un poco más aquí.
+ Karate: Su nombre deriva del término japonés “mano vacía”. La práctica de este deporte busca lograr el equilibrio personal y puede servir como técnica de autodefensa. Cuenta con 50 estilos diferentes y se centra más en los golpes que en la lucha. Se enfoca en la velocidad, la técnica y la fuerza. Los deportistas más experimentados pueden llegar a partir tablas de madera o bloques de cemento con manos, codos, rodillas y pies. Si quieres saber más, aquí te dejamos un enlace.
+ Taekwondo: Tiene origen coreano, es un deporte de combate un poco más intenso pues se utilizan técnicas de patada, mano, puño, codo, pie y rodilla. Combina técnicas del karate y kung-fu. Los grados establecidos son: blanco, amarillo, naranja, verde, azul, rojo y negro. Conoce más sobre esta disciplina aquí.
Las vacaciones de los chicos deben ser un tiempo para desarrollar habilidades que no conocen y qué mejor que hacerlo ejercitandose. Lo bueno de estas disciplinas es que conocerán nuevos deportes y todo lo relacionado a sus culturas, como las filosofías que estas encierran. Las artes marciales deben ser tomadas como una oportunidad de crecimiento personal y un camino de desarrollo mental y físico. ¿Cuál crees que sería mejor para tus hijos?