Padres · 29 de Abr 2020
Aquí te contamos cómo darte cuenta que los chicos han pasado de la diversión a la adicción. ¡Presta atención!
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Es saludable que los chicos la pasen bien jugando en la computadora, el celular o el PlayStation pero, ¿qué ocurre cuando la diversión se convierte en un problema? En esta nota de Chicos IPe aprenderás a identificar las principales señales de que tu hijo o hija tiene un problema con los videojuegos.
Según el Centro especializado en terapias de lenguaje y aprendizaje, Comunik-t, estas son algunas de las primeras señales que podrían alertarte:
Si deja todo por jugar. Ejemplo: comer, saludar, conversar. Esta podría ser una señal de alerta si notas que su comportamiento cambia de un momento a otro y por tiempo prolongado (varios meses). Es normal que los chicos se enfoquen en un videojuego al inicio, pero si esto impide que realicen sus actividades normales, es muy probable que haya pasado de ser solo un juego.
Si se molesta de manera descontrolada si termina el juego o lo pierde. Los arranques de ira también son otro punto a considerar. Fíjate si esta sensación de descontrol se manifiesta también cuando le dices que ya lleva mucho tiempo jugando.
Si deja de prestarle atención a su alrededor. Si comienzas a ver que hace las tareas acelerado y las termina haciendo mal por irse a jugar, que no limpia su cuarto ni se baña y que ha dejado de vivir en el presente por estar pegado a la pantalla, ¡Es momento de hacer algo!
Según los especialistas, el castigo y la prohibición no funcionan. Al contrario, estas actitudes pueden alimentar el problema, generando en los niños malestar que puede llegar a transformarse en ansiedad, tensión muscular e incluso depresión. Estas son algunas acciones que podrían ayudar:
Establece un horario. Así podrás monitorear la cantidad de tiempo que tu hijo tiene para jugar durante la semana.
Balancea sus actividades. Mezcla sus horas libres con diferentes actividades como deportes o juegos de mesa en familia. Permite que él pueda elegir qué le gustaría hacer para evitar que sienta que les estás imponiendo un estilo de vida específico.
No lo premies con horas de videojuegos por cumplir con sus deberes. Esta puede ser un arma de doble filo. Tu hijo tiene que aprender que hay actividades que debe hacer sí o sí. Es importante que lo felicites por ser responsable, pero no hagas que su motivación para cumplir con sus pendientes sean las pantallas.
Con disciplina, paciencia y comprensión, superarán juntos este problema. ¡Comparte esta nota con los padres que la puedan necesitar!
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