Padres · 24 de Jun 2020
Conoce las consecuencias de decirle malas palabras a los chicos.
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¿Alguna vez has estado tan molesto que lo único que se te ocurrió fue decir una lisura? Si la respuesta es sí, no te vamos a juzgar, pero, ¿te has puesto a pensar cómo afectan estas malas palabras a tus hijos? En esta nota de Chicos IPe lo sabrás.
Según Luis Castellanos, investigador y autor del libro Educar en lenguaje positivo, una mala palabra puede llevar a un niño a la autodestrucción. ¿Eso qué significa? Que si elegimos criar o castigar a los chicos usando un lenguaje violento podemos perjudicar su autoestima.
Recuerda: gran parte del futuro de tus hijos depende de cómo les hables durante la infancia. No olvidemos que su personalidad comienza a formarse en esta etapa.
Decirles cosas como: “¿eres imbécil o te haces?” o “¿qué c***o estás haciendo?” solo servirá para llenarlos de miedo, tristeza e incluso desconfianza hacia ti y su entorno.
En su libro, el investigador menciona los resultados de un estudio que hizo con estudiantes. En él comparó cómo reaccionaba el cerebro de los participantes al escuchar palabras positivas y negativas.
Lo que pasó fue que a más palabras positivas, mejor era el rendimiento de los estudiantes. No solo respondían más rápido a las preguntas que se les hacían, también tenían menos errores.
Por si dudabas, es exactamente lo mismo que pasa con lo niños y con cualquier otro ser humano.
Según el experto, es importante tomar conciencia de cómo nos comunicamos con ellos para saber elegir correctamente las palabras que vamos a usar.
“Nosotros influimos en los niños a través del lenguaje y de la palabras que les decimos”, explica. Ojo, no solo importa lo que le decimos a ellos si no
a las personas que nos rodean.
Pero no te confundas, no se trata de ser demasiado optimistas o positivos, sino de reemplazar la agresividad por la asertividad.
La recomendación principal es practicar esto haciendo “listas de confirmación”. Este ejercicio consiste en hacer una lista con las palabras que más usas con tus hijos.
Al final no se trata de autoflagelarse. ¡Nadie es perfecto! Si se te salió una lisura, no pasa nada. Pídele disculpas, reflexiona y elige mejor tus palabras la próxima vez.