Padres · 24 de Oct 2019
Muchos niños pierden la capacidad para “autorregularse”, pero no te asustes, puedes enseñarles esto de nuevo.
Canal IPe
¿Tu hijo se pasa el día buscando comida? ¿Nada le satisface? ¿Sospechas que come por ansiedad? En adultos es muy común encontrarnos con “comedores emocionales”, personas que utilizan la comida como una forma de aliviar emociones negativas como la ansiedad, el estrés o la tristeza. Aunque parezca raro, muchos niños también pueden desarrollar esta conducta.
+ Come cantidades muy grandes para su edad en muy poco tiempo.
+ Se la pasa pensando en su próxima comida sin acabar la que tiene al frente.
+ Sigue comiendo a pesar de que dice estar lleno.
Si te identificas con más de uno de estos enunciados es muy probable que tus sospechas sean ciertas. Aquí te damos algunas recomendaciones para ayudarlo:
+ Establece un horario para sus comidas. Los niños necesitan alimentarse de forma ordenada y varias veces al día. Para que no se llenen rápido o pasen hambre, lo ideal es que coman cantidades pequeñas de manera frecuente.
+ Ofréceles las alternativas saludables para sus necesidades. Asegúrate también que el tipo de comida sea agradable y los haga sentir bien.
+ Una buena idea es usar una escala del 0 al 10, haciendo referencia por ejemplo al tanque de un carro. 0 es que el carro ya casi no avanza y 10 que está lleno de gasolina. El punto es que los niños empiecen a comer cuando estén en un 3 o 4 y se detengan antes de llegar a un 7 u 8.
+ Si te dicen que tienen hambre fuera de su horario normal pregúntales qué sienten física y emocionalmente, dales unos segundos para que analicen bien y descubran si es que realmente es hambre, aburrimiento o tristeza. Probablemente hayan perdido su capacidad para “autorregularse” y sea necesario darles un empujoncito.
Si a pesar de tus intentos continúa sintiéndose igual, tal vez convenga que visiten pronto a un nutricionista o un psicólogo.
¡Ánimo! Es una situación que bien controlada no dura para siempre.