Padres · 07 de Jun 2019
Descubrir que uno de nuestros parientes tiene alzheimer puede ser difícil, en especial para los niños. Conoce algunos datos sobre cómo hablar de esto con los más pequeños.
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Los niños y niñas son sumamente observadores, por eso suelen ser los primeros en darse cuenta de los cambios en la casa. Esto incluye los comportamientos que les pueden parecer extraños en sus familiares, por ejemplo en sus abuelos. Sin embargo, para ellos, a veces es difícil comprender estos cambios. “¿Por qué el abuelito empieza a olvidarse de las cosas?” o “¿Por qué la abuelita parece un poco perdida?”, pueden ser preguntas que empiezan a generarse cuando las personas mayores de su familia empiezan a desarrollar alzheimer.
Por más que uno no sepa exactamente qué responder en primera instancia, es importante que se le dé una respuesta lógica al niño o niña. Esta debe ir conforme al nivel de comprensión que tengan a esa edad. Por ejemplo, cuando son muy pequeños les cuesta entender el envejecimiento de una persona y lo que esto implica, para explicarles una enfermedad a esa edad se puede recurrir a metáforas que faciliten la comprensión. Explicar con ejemplos gráficos ayudará a que pueda imaginar la situación, además es importante recalcar que los sentimientos de la persona no cambiarán hacia el pequeño o pequeña.
A partir de los 7 años, los niños son un poco más conscientes de lo que pasa a su alrededor, por lo que probablemente pregunten directamente acerca de los cambios por los que están pasando sus abuelos. A esta edad, se les puede dar explicaciones un poco más detalladas. Se podrá hablar del funcionamiento del cerebro, de cómo le afecta el alzheimer , qué cambios va a tener el abuelo o abuela y cómo va a desarrollarse este proceso. Es importante incorporar la idea de que esa enfermedad no tiene cura, ya que los niños suelen pensar que situaciones así pueden ser pasajeras.
En cualquier caso, se deben proponer acciones que los niños pueden tomar frente a ciertos comportamientos, esto evitará frustración o tristeza. Deben entender el comportamiento sus abuelos, como no responder o incluso a veces no ser reconocidos por ellos, es parte de lo que están viviendo y no tiene nada que ver con que ya no los quieran.
Se debe elegir un momento indicado para hablar con los niños. Probablemente se trate de una conversación larga, por lo que tener tiempo para explayarse es fundamental. Lo más probable es que tengan muchísimas preguntas, las cuales deberán ser respondidas con el mayor detalle posible. Por otro lado, hay que considerar el estado emocional del niño o niña, ya que será mejor que la conversación se de cuando él o ella se encuentren relajados.
Incentivar que el niño o niña siga pasando tiempo con sus abuelos es muy importante. Existe la probabilidad de que los niños se sientan incómodos frente a ciertas situaciones que sucedan con la persona afectada, de ser así, no forzarlos a que estén juntos. Los niños deben sentir que el tiempo que pasen con sus abuelitos los hace felices, por lo que es recomendable elegir otro momento en donde se pueda hablar con ellos de qué fue lo que los incomodó y cómo se podría trabajar para que ya no les resulte difícil.
Esto no quiere decir que no se puedan proponer actividades que puedan realizar juntos. Existen infinidad de acciones que pueden realizar juntos, como escuchar música, ver películas, revisar fotografías, entre otras. Esto ayudará a fortalecer el vínculo que existe entre abuelo y nieto.