Padres · 03 de Ene 2021
Este problema muchas veces es confundido con la timidez y los síntomas más comunes son el aislamiento, rebeldía y sudoración extrema.
Lifeder.com
¿Has oído hablar de la ansiedad social en las niñas y niños? Se trata de un trastorno que puede pasar desapercibido o ser confundido con la timidez que tienen algunos menores en la infancia. Por eso, es importante reconocer algunos de sus síntomas ya que si se trata a tiempo evitará que se arrastre este problema a la adolescencia y adultez. La ansiedad social genera mucho sufrimiento en los chicos ya que interfiere con el normal desarrollo de sus relaciones sociales.
Los pequeños que padecen de este problema llegan a sentirse aterrorizados en las reuniones y están constantemente preocupados de que les digan algo que pueda humillarlos delante de todos. De acuerdo con la psicóloga Heidy Villacrez, los síntomas que evidencian este trastorno son:
Cuando la niña o niño sabe que va a enfrentar una situación social se empiezan a sentir enferma, pero no es nada más que ansiedad o nervios. En esos momentos les duele el estómago, presentan sudoración y hasta sienten que les falta el aire.
Otra alerta es cuando el menor está en una reunión y aún así trata de esconderse para que nadie le hable.
Si vemos que las tareas habituales como leer en voz alta, hablar con adultos o realizar presentaciones en clase le producen una una angustia extrema, es otra señal importante.
En los niños, la ansiedad también se puede expresar por medio del llanto, berrinche y rebeldía.
“Por lo general los chicos que sufren de ansiedad social se anticipan al miedo y piensan que se van a burlar de ellos. En esas situaciones los padres pueden ayudarlos de diversas maneras. Una de ellas es no exponer al pequeño y sobreexigir que vaya a una fiesta o hable en público. Como adultos conocemos a nuestros hijos y debemos ir a sus ritmos. Es importante crear situaciones donde ellos se puedan desarrollar. Por ejemplo, si no le gusta socializar, pero se siente cómodo jugando basket, yo recomiendo matricularlo en un taller porque ahí va a empezar a desenvolverse”, comenta la especialista.
Ten en cuenta que si no se trata el trastorno de ansiedad social a tiempo puede controlar la vida de las niñas y niños, puede interferir en la interacción con la familia, en el colegio, en las relaciones sociales con los amigos y sobre todo en su futuro. Si como responsable del menor detectas que la situación es extrema, no dudes en llevarlo a recibir terapia psicológica. La estabilidad emocional de los chicos está en nuestras manos ¡No lo dejes solo, acompáñalo!