Padres · 25 de Mayo 2017
Hoy es el día de una de las etapas que marcan un antes y después en la vida de los niños: la educación inicial.
Canal IPe
A todo padre le llega el día en el que tiene que ver a su hijo o hija embarcarse en su primera gran aventura: ir al nido. El temor que uno siente en ese momento es completamente lógico y normal ya que, después de todo, es la primera vez en la que el niño sale de casa para pasar gran parte de su día con diferentes niños y con otros adultos a su cuidado.
Las dudas también saltan a la cabeza y es inevitable cuestionarse si es que se está tomando la decisión correcta. Hoy, en el Día de la Educación Inicial, Chicos IPe quiere resolver todas tus dudas.
“La Educación Inicial es fundamental porque es la etapa de desarrollo del niño en el que hay mayor flexibilidad en el cerebro y, por lo tanto, es cuando se pueden fijar aprendizajes que serán la base para su desarrollo futuro”, nos dice Geraldine Sakuda, directora pedagógica de La Tarumba.
Durante los primeros cinco años es cuando se desarrolla gran parte del cerebro. Si el niño es sometido a los estímulos adecuados, este será capaz de adquirir una mayor cantidad de conocimiento, más que en cualquier otra etapa de su vida.
Iasmin Ramirez es profesora de educación inicial y nos cuenta que, basada en su experiencia, la edad ideal para iniciar este proceso es a los 3 años. Previo a este importante periodo, ella recomienda a los padres trabajar en el vínculo emocional para que los niños no se sientan abandonados por ellos al momento de dejarlos en la puerta del nido, además de fomentar una educación en valores, lo cual marcará el comportamiento de ellos fuera del hogar.
“En el nido los niños aprenden a controlar su cuerpo, reconocer emociones y desarrollan todas las habilidades necesarias para aprender a leer y escribir, reconocer los números y el valor de los mismos lo que, más adelante, le servirá para realizar operaciones matemáticas. También aprenden a relacionarse con otros niños, respetar y valorar sus ideas y las de otros, entienden la importancia de las normas y acuerdos, entre otras importantes cosas para su vida futura”, resalta Iasmin.
De acuerdo a Geraldine, el rol de las maestras de educación inicial es clave porque son “el ejemplo, el modelo y las motivadores en este proceso de aprendizaje vivencial del niño”. Su tarea es dar confianza a su pequeño alumno para que pueda integrarse, sentirse seguro, aprender cosas nuevas y empiece a entender que el nido es un lugar donde se divertirá y aprenderá jugando.
“Ser profesora de educación inicial es una profesión muy bonita, en la que ves resultados todos los días y recibes abrazos, besos y ‘te quiero’ en todo el momento, pero también es una gran responsabilidad – reflexiona Iasmin –. En nuestras manos está la formación inicial de un ser humano y su bienestar en esta etapa. Es una vocación”.
Es importante acompañar a los niños de cerca, aprender a confiar en las manos de las maestras y dejarlo vivir esta fase al máximo.