Padres · 21 de Nov 2017

Miles de sonidos en una sinfonía digital

Te contamos sobre el proyecto que viene transformando vidas a través de la música y la tecnología.

Fundación Telefónica

Todas las tardes, el Centro Cultural del Parque Zonal Cahuide del distrito de Ate en Lima, se llena de música. Cada día, cientos de niños y niñas tocan melodías en violines, violas, oboes o chelos, cantan canciones a viva voz y aprenden a leer partituras desde cero a través de tablets y aplicaciones diseñadas especialmente para ellos.

Muchos lanzan miradas curiosas preguntándose qué es lo que está pasando aquí. La respuesta a estas interrogantes es Sinfonía Digital, un proyecto impulsado por Sinfonía por el Perú y Fundación Telefónica que busca la inclusión social a través de la música y la tecnología, poniendo a disposición un sinfín de recursos gratuitos a todos los chicos de entre los 5 y 15 años de esta zona de la ciudad.

El núcleo digital, como también se le dice, recibe a más de 200 niños que durante la semana reciben clases de técnicas de canto oral y uso de instrumentos de una orquesta. Lo interesante de esta iniciativa está en que cada uno de los estudiantes complementa sus lecciones con contenidos musicales online disponibles en una gran plataforma web, a la cual acceden a través de tablets conectadas a Internet.

“La tecnología ha sido un factor determinante. Los niños, desde muy pequeños, están rodeados de aspectos tecnológicos como teléfonos, tablets o computadores. Hacerles llegar a ellos la información por estos medios que ellos ya conoces es mucho más llamativo, más práctico y dinámico”, nos dice Eliezer Anteliz, director del núcleo digital.

Con estas herramientas Sinfonía Digital pretende dejar de lado los pizarrones con eternas teorías para escribir y memorizar para enfocarse más en un aprendizaje más innovador y lúdico. Los sistemas desarrollados por las dos entidades comprometidas, les permite a los profesores llevar un mejor control del desempeño de los alumnos e incluso hacer streamings con otros profesores y estudiantes de otros países.

Sinfonía Digital se apoya de la tecnología para enseñar música y fomentar valores que empoderen a los niños y niñas de zonas vulnerables. Foto: Fundación Telefónica

El poder de la música

Eliezer nos cuenta que, por experiencia propia, conoce de cerca los beneficios que otorga la música ya que alguna vez fue un niño como a los que ahora da aula en el núcleo. Para él las ventajas que ofrece la música van desde el desarrollo de la motricidad y el uso de las dos partes del cerebro, hasta el trabajo en equipo y otro tipo de valores que se reflejan en el entorno personal y social de los chicos.

Pero no solo eso. Según una investigación de Sinfonía por el Perú, la enseñanza de música aumenta la creatividad en más del 20%, la eficacia escolar en 34% y la retención de números en un 14%. En el ámbito social, la influencia de la música es tal, que ayuda a reducir la violencia familiar hasta en un 46%.

Es por este motivo que el núcleo se enfoca en niños y niñas de zonas vulnerables, barrios donde no siempre se tiene la oportunidad de desarrollar talentos y fácilmente se puede caer en caminos incorrectos. El trabajo detrás de escena es ver que la situación de los chicos y la de sus casas siempre sea la mejor para poder sacarle el máximo provecho.

“Estamos aquí para todas las personas de Valdivieso, Ate, Santa Anita, El Agustino y todas las demás zonas aledañas (…) El requisito más importante es que los niños y familias tengan el tiempo de poder invertir, porque esto es una inversión social, de formación personal para sus niños — comenta Eliezer —. Yo como director confío en eso porque nací de un proyecto como este. Apuesto a que todo será exitoso, que los padres vean los frutos con el tiempo y vean a los próximos años a sus hijos haciendo conciertos en un importante teatro dentro o fuera del país”.

Eliezer añade que todos los padres de familia que matriculan gratuitamente a sus hijos en estos talleres, se encuentran bastante satisfechos y felices por lo que ven y escuchan cada día. Y no es para menos. Aquellos niños y niñas que culminen su formación, podrán ser parte de una red de músicos para compartir la oportunidad que ellos tuvieron con más personas, además de tener la oportunidad de integrar la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Cumplir sus sueños está a tan solo un acorde.