Padres · 22 de Dic 2020
La deshidratación por diarrea es una de las mayores causas de mortalidad infantil.
Sonríe Mamá
La diarrea es un problema frecuente en los niños, sobre todo durante los primeros años de vida. Consiste en evacuar heces blandas o “sueltas” con frecuencia y a la mayoría de los menores les da de vez en cuando. No suele durar mucho y generalmente mejora por sí sola; sin embargo, hay ocasiones en las que puede prolongarse y podría traer graves consecuencias en los pequeños.
De acuerdo con la pediatra Verónica Petrozzi, la diarrea es causada por varios factores. Puede ser provocada por una infección, un virus o bacteria ya que los pequeños, por curiosidad, suelen llevarse todo lo que encuentran a la boca y estos objetos no necesariamente tienen la higiene adecuada. Otra posibilidad que puede originar la diarrea es por consumir alimentos en mal estado o que han sido manipulados por personas que no se lavaron bien las manos después de ir al baño. De esta manera los gérmenes se transmiten vía fecal-oral de un individuo a otro.
“Las diarreas y las enfermedades respiratorias son las causas más importantes de mortalidad infantil. Es necesario especificar que uno no se muere por diarrea, sino por la deshidratación que produce. Si tengo un niño que está expulsando todo y no logro reponer lo que pierde con alimentos o líquidos se le debe de poner suero a la vena para que se recupere porque le puede dar una deshidratación severa. Por eso, los padres deben aprender a reconocer cuáles son los signos de alarma. Cuando debo llevarlo al médico o no y no solo por una simple diarrea”, comenta la doctora.
Las señales de alerta que menciona la especialista para llevar a nuestros pequeños de emergencia son:
1. Cuando hay sangre en la diarrea. A eso se llama disentería y es generalmente ocasionada por gérmenes que se contagian a través de alimentos o agua contaminada. Este trastorno inflamatorio del intestino se debe tratar inmediatamente con un antibiótico.
2. Otros indicadores son los ojos hundidos, boca seca, no tener lágrimas, piel pálida, dormir todo el día y que no pueda orinar. Estas seis características advierten que el menor está pasando por un fuerte cuadro de deshidratación, por lo que debe de ser atendido en un centro de salud.
3. Una diarrea constante también es señal de un mal mayor y puede implicar intervención quirúrgica.
Lamentablemente, ante la desinformación y los mitos que abundan sobre la diarrea en los niños, los adultos no siempre actúan correctamente a pesar de tener buenas intenciones. Para intentar cortar este problema, los padres suelen darles a los chicos té, agua, coca cola y hasta galleta de soda. Productos que según la doctora Petrozzi no se deben consumir en esos momentos.
“Si la diarrea no es severa y no ha necesitado de ir al hospital, en casa le podemos dar alimentos que lo ayuden a recuperarse y a formar las heces. Hay que prepararles pollo hervido sin grasa, panetela de arroz con un poquito de sal. Eso mejora bastante el organismo porque contiene aminoácidos importantes. También se le puede servir una sopa de pollo con un poco de fideos o arroz que los nutra. El pescado de piel blanca es muy bueno. Es primordial que coman, aunque sea dos o tres cucharadas de comida, tampoco hay que forzarlos porque aún están convalecientes. En el caso de los bebés, si tienen diarrea y están tomando leche materna no se les debe quitar porque por ahí reciben defensas”, explica.
Otros alimentos a tener en cuenta son las frutas ya que tienen sustancias que ponen más sólidas las heces. Las más recomendables son la manzana, el membrillo, el plátano, papaya, durazno y la pera. Deben de ser consumidas sin cáscara, ni pepas. También se pueden servir como mazamorra o darles gelatinas. Eso permitirá que el menor se nutra y se sienta con un poco más de fuerza y energía.
Recuerda que es importante vacunar a nuestros hijos contra el rotavirus, una enfermedad infecciosa que causa diarrea grave. Esta vacuna se coloca a los 2 y 4 meses de edad ¡Ojo! No es para evitar todos los tipos de diarreas, sino para combatir este virus que es común en el primer año de vida de un menor. Se ponen en dos dosis vía oral en cualquier centro de vacunación del Ministerios de salud, de Essalud y es gratuita. También se consigue en el sector privado.
“Esta vacuna no debe pasar los 8 primeros meses de edad de un bebé. Si tiene 5 o 6 meses y no se pudo vacunar por pandemia aún está a tiempo. Este es un virus que se contagia a través de juguetes sucios, manos y comida mal lavadas, por vía respiratoria, secreciones. Es muy peligroso porque puede provocar una deshidratación muy fuerte al pequeño y causarle la muerte”, enfatiza la médica.
Estemos atentos a estas recomendaciones y señales de alerta para poder actuar lo mejor posible ante un cuadro de diarrea de nuestros hijos. No perdamos la calma como adultos ya que podemos poner más nerviosos a los chicos. Si la situación es más crítica no dudemos en llevarlos a un centro de salud.