¿Por qué mi hijo no me obedece a la primera?

¿Por qué mi hijo no me obedece a la primera? Como papás y mamás, esta es una pregunta que se repite muchísimo, sobre todo cuando nuestros hijos tienen menos de cinco años. 

La verdad es que la respuesta no es tan simple y que existen diferentes razones por las que los chicos no nos hacen caso. ¿Cuáles son? Nos lo cuenta en esta nota la psicóloga clínica Talía Herrera.

La edad del niño

Las indicaciones que les das a tus hijos deben ir en función a su edad y etapa de desarrollo. Eso significa que si son muy chicos y les das tareas complejas, será más difícil que las cumplan. 

La claridad del mensaje

¿Sabías que hasta los 3 años los chicos tienden a quedarse con lo último que les decimos? Por ejemplo, si les decimos: “ya te dije que no puedes a ver televisión”, podría ser que solo capten “ver televisión”. Te puede ayudar pensar bien antes de darles una orden. Es importante también que expreses de forma clara y directa lo que esperas de ellos.

 “Es importante que entiendas que no es muy realista pretender que un niño nos haga caso a la primera”.

La congruencia

Es más probable que un niño o niña obedezcan si el pedido viene de alguien confiable. Es decir, si le pides a tu hijo que no grite o que duerma temprano será más fácil que lo cumpla si ve que tú también lo haces. ¡Tienes que dar

el ejemplo!

La atención

Cuando un niño siente que sus papás no le están prestando la atención necesaria, buscan diferentes formas de obtenerla. Aunque suene contradictorio, una de sus opciones es ignorarlos. 

Estas son algunas recomendaciones que te ayudarán a que tu hijo te siga el ritmo:

1. Ten paciencia. Un niño necesita que le repitas las cosas varias veces antes de poder aprenderlas.

2. Presta atención a cómo se siente en ese momento. Es entendible que no te obedezca si está incómodo, triste o molesto.

3. Nota si está entretenido con algo más. Si está enfocado en otra cosa necesitará tu ayuda para cambiar su foco de atención. 

4. Comunícale las tareas, no se las impongas. Puedes usar frases como “vamos a bañarte” en lugar de “te tienes que bañar” o “vamos a limpiar” en lugar de “te he dicho que limpies tu cuarto”. Darle un sentido grupal a la tarea lo ayudará a motivarse.

Comparte esta información con otros papás que puedan necesitarla. ¡Hagamos lo que es mejor para los chicos!