Padres · 12 de Ene 2018
Hagamos que los chicos den su primer paso para ayudar al planeta.
Pexels
Si estamos caminando por la calle y nos da sed, nuestra primera reacción será la de entrar a la bodega más cercana y comprar una botella de agua, gaseosa, jugo o de un rehidratante. Pero, ¿somos realmente conscientes de lo que significa esa compra?
Dependiendo del tamaño y el tipo de plástico, una botella puede tardar entre 100 a 1000 años en degradarse. Al estar hechas de un derivado del petróleo la naturaleza no las disuelve fácilmente; es por eso que está en nosotros el tomar acción en el tema y, por qué no, involucrar a los chicos en el proceso.
Reciclar botellas es un gran primer paso para inculcarles esta práctica tan beneficiosa para nuestro planeta. Es un objeto que usan y ven regularmente, por lo que familiarizarse con él y hacerlo un hábito será mucho más sencillo.
Empecemos explicándoles lo que viene pasando con nuestro planeta y el rol que cumple el reciclaje en este panorama. Vayamos por partes, resaltándoles que, con esta práctica, ellos pueden convertirse en los grandes superhéroes que salvarán el planeta de su destrucción.
Ahora vayamos con lo que podemos hacer en casa para interiorizar la idea:
En la medida de lo posible, evitemos comprar botellas. Utilicemos tomatodos para rellenarlos con la bebida que más nos guste.
Junto a los chicos, elabora un lugar especial donde colocar las botellas. ¡Toma una caja de cartón y decórenla!
Hagamos un cuadro de incentivos para quien coloque más envases dentro del punto de acopio que hayamos creado.
Hay que resaltarles que, si compran una botella en la calle, la guarden en una mochila hasta llegar a casa, a menos que vean los tachos de basura correspondientes.
Una vez que los chicos empiecen con el reciclaje, se preguntarán a dónde llevar todas esas botellas y qué harán con ellas. La opción es llevarlas a un punto de acopio de plástico, donde personal autorizado lo recogerá para darle una segunda y mejor vida.
Existen algunos proyectos que recolectan las botellas para transformarlas en cosas maravillosas. Hay, por ejemplo, un proyecto que se encarga de recibir las botellas para hacer frazadas y así abrigar a familias enteras ubicadas en zonas vulnerables al frío.
También podemos encontrar una iniciativa privada, la cual transforma 80 botellas recicladas en una “ponchila”, una mochila que incorpora un poncho y que ya ha beneficiado a más de 6.000 niños. En este enlace podrás ver los lugares donde llevar tus envases.
Si quieres ayudar más, puedes hacerlo con las tapas de las botellas plásticas. Una ONG recibe donaciones por kilo para después venderlas a recicladores y, de esta manera, comprar sillas de ruedas y prótesis ortopédicas para personas de bajos recursos.
La tecnología también ayuda. Es por eso que también hay una aplicación que premia a sus usuarios por reciclar botellas. Solo tienes que descargarla, acumular cierta cantidad de envases e ir sumando puntos para recibir un obsequio por tu colaboración. ¡Más fácil imposible!
Recordemos que las botellas deben estar sin líquido y completamente aplastadas antes de dejarlas en un punto de reciclaje. Pongamos nuestro granito de arena para hacer un mejor planeta.