Padres · 21 de Oct 2016
Conoce Sembrando Juntos, una ONG que apuesta por la educación inicial de calidad en el Perú.
Sembrando Juntos
¿Qué hacen los niños más pequeños cuando van al nido o a la guardería? La mayoría de personas piensa que durante la primera infancia (de 0 a 5 años), los niños solo necesitan jugar para entretenerse y que empezarán a aprender todo lo que necesitan saber cuando entren a la escuela primaria. Otros, sin embargo, apuestan por la educación temprana como un paso imprescindible para asegurar el adecuado desarrollo de los más pequeños.
Milagros Merino es coordinadora de proyectos en Sembrando Juntos, una organización que trabaja para lograr que la educación inicial de calidad sea más accesible y llegue a los espacios más vulnerables de nuestro país. Conversamos con ella para saber más al respecto.
La infancia temprana es determinante para las personas. La arquitectura del cerebro se forma durante la etapa de 0 a 5 años y todas las experiencias en este período van a tener una repercusión directa en el resto de nuestra vida. También es importante resaltar que en muchos casos, suele haber una comprensión errónea de esta etapa: los niños no son envases vacíos que tenemos que llenar de información o que pueden formarse a nuestra imagen y semejanza, son personas independientes, sujetos de derecho, llenos de curiosidad y con un proceso de aprendizaje propio. Me gustaría citar una parte de un documental que vi hace poco: "los mejores científicos, los innovadores del mundo son los niños y los adultos tenemos que aprender a valorar esto con respeto".
Sembrando Juntos es una organización que trabaja en proyectos educativos integrales. Nuestra meta principal es que la educación inicial sea accesible y llegue a espacios donde más se necesita. Respetamos a los niños y queremos crear conciencia sobre la importancia del período de la primera infancia, sobre todo en los adultos que forman parte de la vida de los más pequeños. Trabajamos en base a cuatro ejes: trabajo con la comunidad, trabajo con padres y madres, empoderamiento de maestras y cuidado del medio ambiente.
Actualmente trabajamos en dos centros, uno ubicado en Bocanegra, Callao, y otro ubicado en Pachacutec, Ventanilla. Durante este año, hemos trabajado con 300 niños y esperamos duplicar nuestra intervención en los próximos dos años.
Para responder esta pregunta me gustaría contarles una historia que me impactó mucho.
El año pasado la perra guardiana de nuestro centro en Ventanilla quedó preñada. Para los niños esto no era tan evidente, pero sí notaron que algo estaba pasando y empezaron a crear diferentes hipótesis: ¿comió mucho y por eso está más gorda? ¿por qué está de mal humor y no quiere jugar con nosotros?, ¿está con gripe y prefiere descansar? La curiosidad e interés los llevó a investigar, observar a otros animales del barrio y preguntar a los adultos. Finalmente descubrieron que iban a nacer cachorros en su escuela, así que una veterinaria de la zona nos visitó para hablar sobre la maternidad en los animales y luego cada salón desarrolló un proyecto relacionado al tema.
Cuando la perrita parió, los niños de 5 años decidieron construirle una casa con materiales reciclados para que ella estuviera segura con sus cachorros. A través de este proyecto los niños aprendieron sobre ciencias naturales, matemáticas, investigación y generaron empatía con otros seres vivos. Personalmente considero que una filosofía de trabajo así, crea seres humanos independientes, seguros y sensibles al mundo que los rodea.
Es una propuesta educativa no tradicional que tiene a los niños como protagonistas de su aprendizaje. El aula y el espacio que los rodea funcionan como fuentes inagotables de experiencias y es lo que buscamos aprovechar cada día en la escuela. Los niños, al llegar, hacen asambleas junto a sus maestras y luego pasan su día trabajando en distintos sectores: el hogar, arte, literalidad, cuentos, entre otros. Además, el tiempo de juego es muy importante porque es la forma natural en la que los niños descubren y aprenden.
Las maestras que acompañan a los niños no lo hacen desde un rol de dirección, sino ofreciendo una guía durante todos los procesos de los niños. Los apoyan, los comprenden y respetan.
Claro que sí, el trabajo con padres y madres de familia es clave y es lo que buscamos promover. Personalmente considero que sin un trabajo en conjunto con ellos, no puedes lograr un proyecto sostenible. Los padres deben estar convencidos del impacto que tiene la educación en la vida de sus hijos y seguir apostando por ella como herramienta de cambio. Nuestro trabajo no termina en la escuela así que si los padres están de acuerdo con nuestra propuesta, nos apoyarán desde casa. El rol de los padres es básico para que los niños se sientan seguros y amados, sentarse un momento del día a escucharlos y jugar tiene un impacto enorme.
Estamos muy contentos con la participación de las familias. A inicios del año hicimos un diagnóstico para saber qué intereses tenían y organizamos actividades que les permiten estar presentes en la escuela y tener un espacio de diálogo con las maestras. Estamos muy agradecidos con la forma en que se involucran en esta etapa de la vida de sus hijos.
La educación no solo debe pensarse como algo que cambiará el futuro, también debe valorarse porque cambia el presente de los niños y sus familias.
Para conocer más sobre Sembrando Juntos, puedes visitar su página web o buscarlos en Facebook. Si quieres colaborar con donaciones o participando en algún proyecto, ¡no dudes en escribirles!