Tecnología · 06 de Mar 2019
Hiperderecho presentó la primera investigación sobre la violencia de género en línea en el Perú.
Freepik / Canal IPe
Aunque muchos no lo sepan, la violencia en plataformas digitales es una de las modalidades de violencia más comunes a nivel global. Estos ataques buscan silenciar y agredir a mujeres alrededor del mundo. A la fecha, se han realizado varios estudios para entender de qué manera este problema afecta a la vida de las víctimas.
En nuestro país, Hiperderecho, organización dedicada a estudiar, defender y difundir los derechos humanos en entornos digitales, ha publicado la primera investigación sobre violencia de género en línea (VGL). Para conocer el tema de cerca conversamos con Marieliv Flores, su directora de activismo.
Este tipo de violencia afecta de manera desproporcionada a mujeres o personas que no cumplen con los estereotipos de género. Además, está en constante interacción con otros mecanismos de exclusión social como discriminación por orientación sexual, raza, opinión política, entre otros.
Hemos identificado hasta diez maneras en que los agresores usan la tecnología para ejercer violencia. En el contexto actual resaltamos cinco: el acoso virtual, que significa recibir mensajes perturbantes de forma constante de parte de una o varias personas, el doxxing, que es la difusión de datos personales sin consentimiento, el robo de identidad, que implica la creación de perfiles falsos que utilizan la imagen o información de una persona, los ataques coordinados, que se caracterizan porque un grupo de personajes se organizan para hostigar de forma sistemática a una persona y la pornografía no consentida, también conocida como “pornovenganza”.
Estos ataques generan un efecto dominó en las personas. Recibir muchos mensajes de forma anónima hace que estén en un estado permanente de alerta e inseguridad. También son propensas a cambiar su comportamiento en línea, intentan desconectarse por un tiempo y empiezan a desconfiar de su red de contactos.
En la investigación encontramos que estos son los perfiles más comunes: anónimos, que son el 76% de los casos, grupos organizados con filiaciones políticas, sociales o religiosas y amigos, pareja o ex pareja, estos actores usan la violencia para ejercer prácticas de control social.
Debemos olvidar la idea de que si pasa en internet no tiene consecuencias reales en la vida de las personas.
Este es un problema que se está dando en todo el mundo y la pregunta sigue abierta: ¿alguien debería ser responsable de controlar este comportamiento en internet? Hay distintas respuestas que suelen ser conflictivas porque de alguna manera se tendría que controlar internet, que es un espacio libre, con características específicas de anonimato, proximidad y rapidez. Sin embargo, estas características también pueden ser usadas para violentar a otras personas.
Desde septiembre del 2018 contamos con un Decreto Legislativo 1410 que tipifica como delito el acoso, hostigamiento sexual y pornografía no consentida. Esto es importante, aunque aún falta mejorar la ruta de denuncia para tener una respuesta eficaz.
Ningún país ha logrado eliminar esta práctica, pero hay países que están más adelante que otros al diseñar procesos de denuncia accesibles, brindar soporte a las víctimas o ser más estratégicos en su colaboración con plataformas digitales para identificar a los responsables.
Debemos empezar hablando sobre este problema para ser conscientes de cómo la VGL afecta a las personas y olvidar la idea de que si pasa en internet no tiene consecuencias reales. También tenemos que ser críticos sobre cómo se está manejando nuestra seguridad y privacidad en estos espacios.
Hay muchas buenas prácticas que las plataformas están incorporando y que nosotros también podemos adoptar para lograr un entorno donde tengamos más control sobre lo que pasa en nuestra información. Pueden ser cosas pequeñas como usar contraseñas más seguras, ponerle clave a nuestros teléfono o revisar nuestra configuración de privacidad o seguridad en nuestras redes sociales periódicamente.
Una de las cosas que hacen de internet un lugar tan especial es que está construido con la colaboración de todos: desde grandes empresas en California hasta usuarios en Latinoamérica. De la misma manera, el problema de la VGL no va a ser resuelto por el Estado o por Facebook sino que hay mucho que nosotros podemos hacer: desde educar a nuestros amigos o no amplificar situaciones de violencia hasta apoyar causas en favor del respeto de los derechos de todos.
Es importante hacerlo porque podemos conectar los tipos de violencia y darnos cuenta de que son productos claros de una sociedad machista. En todos los escenarios se reproducen relaciones de poder a tal punto que se busca eliminar ciertas identidades y luchas de los espacios.
Queremos ingresar a espacios donde se converse sobre violencia de género, pero también donde las personas quieran mejor sus hábitos de uso de internet para que lo disfruten más. Nuestro objetivo es que todos los peruanos y peruanas puedan aprovechar la tecnología al máximo: para divertirse compartiendo memes, para crear contenido como videos o música, para generar cambio social a través del activismo o para hacer empresa.
Puedes conocer más del trabajo de Hiperderecho en su página de Facebook.