Tecnología · 04 de Sep 2019
¿Su misión? Mejorar la calidad de educación que reciben los jóvenes y niños de nuestro país.
WAWA Laptop / Canal IPe
Alejandra Carrasco recuerda todas las noches en las que su papá, Javier, llegaba a la casa visiblemente afectado por la realidad del sistema educativo peruano. “Siempre nos contaba historias sobre niños y niñas que no tenían las herramientas para poder desarrollarse”, dice.
Esa problemática los hizo movilizarse no solo como personas, sino también como familia. No podían quedarse con los brazos cruzados, así que pusieron en marcha un plan: crearían una iniciativa que le permitiera a los estudiantes acercarse a las tecnologías de la información de una forma didáctica.
Así nació WAWA, una laptop hecha de materiales reciclables que funciona tan bien como cualquier otra y puede durar hasta 15 años si se le da un buen cuidado.
“WAWA está hecha de madera MDF reciclada y se puede energizar con un panel solar. Todos sus programas funcionan con Linux, un sistema operativo de software libre. Además contribuye a la economía circular porque utilizamos placas que se pueden cambiar con el paso del tiempo, pero su estructura se mantiene, eso la convierte en un aparato electrónico sostenible en el tiempo”, explica.
Pero esta iniciativa va más allá de la creación de la computadora portátil. El equipo conformado por Alejandra, su papá, su mamá y sus dos tíos ha elaborado un plan de acción integral para asegurarse que los aprendizajes que los niños y jóvenes puedan iniciar en la laptop, se apliquen en su vida diaria.
“Tenemos varios espacios de capacitación. El primero está orientado a desarrollar habilidades blandas, el segundo busca que los alumnos conozcan todas las oportunidades de becas que existen, porque hay muchas, incluso en el extranjero, pero falta información. De alguna forma los ayudamos a encontrar su vocación. También tenemos talleres de programación, robótica e informática”, cuenta.
Para hacer posible esto último se han encargado de que cada WAWA tenga puertos que pueden ser conectados al internet de las cosas, eso le permite a cada usuario desarrollar diversos proyectos, como por ejemplo, tener una pequeña estación meteorológica.
Actualmente ellos benefician a alrededor de 300 estudiantes de San Juan de Lurigancho, Santa Clara y Ancón. Pero no piensan quedarse ahí, están trabajando para llegar a cada vez más ciudades de nuestro país y de la región.
“Dentro de un mes y medio vamos a estar en Huancavelica, también planeamos llegar hasta Chile gracias a una aliada que tenemos allá, el piloto funcionará a las afueras de Santiago. Todo el tiempo estamos buscando nuevos espacios”, dice.
Ahora acaban de ganar la convocatoria para formar parte de la séptima generación de StartUp Perú y esperan seguir creciendo gracias a los aliados que tienen y a los que llegarán.
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