Diez datos infaltables sobre ‘El Flaco’ Julio Ramón Ribeyro

Julio Ramón Ribeyro no solo es uno de nuestros escritores más reconocidos, también es considerado como uno de los mejores cuentistas hispanoamericanos y con justa razón. Cuentos como ‘Los gallinazos sin pluma’, ‘La juventud en la otra rivera’ y ‘Alineación’, siguen sorprendiendo a sus miles de lectores. Aquí te contamos diez cosas que no seguro no sabías sobre él.

1. Julio Ramón Ribeyro empezó su carrera como escritor con el cuento ‘La vida gris’, que publicó en la revista Correo Bolivariano en 1949.

2. En 1953 ganó una beca de periodismo otorgada por el Instituto de Cultura Hispánica, que le permitió viajar a España. El historiador Raúl Porras Barrenechea fue parte del jurado de selección y él dijo: “Julio Ramón ganó limpiamente porque el currículo que presentaba y los trabajos que adjuntaba revelaban su calidad de escritor”.

3. En 1971, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, fue nombrado agregado cultural en la Embajada peruana en París. Luego fue Ministro Consejero y Delegado adjunto ante la UNESCO.

4. En 1983, recibió el Premio Nacional de Literatura y diez años después, el Nacional de Cultura.

5. Era fanático de la música clásica. De joven asistía a las funciones de la Sinfónica en el Teatro Municipal con mucha frecuencia, incluso a los ensayos, por los que faltaba a sus clases de la universidad.

6. Era hincha de la “U”. En los últimos años de su vida asistió alguna vez a la tribuna occidente con una vincha del club.

7. Escribió un cuento titulado ‘Alineación’ que fue incluído en el libro ‘Silvio en el Rosedal’ publicado en 1977. En este libro se mezclan historias sobre el paso del tiempo, también se incluyeron cuentos que Ribeyro había descartado de otros libros como ‘El carrusel’ o ‘Demetrio’.

8. Una de las cosas que más llama la atención de ‘Alineación’ es el texto que acompaña al título: “Cuento edificante seguido de un breve colofón”. La idea de un cuento edificante sugiere la posibilidad de que la lectura deja una enseñanza. Eso quiere decir que esta narración buscaba ser constructiva.

9. En este cuento además, Ribeyro habla de muchos estereotipos de la Lima de los años 50 que aún persisten: la bodega atendida por un personaje asiático o el migrante emprendedor dueño de una panadería. 

10. Julio Ramón falleció en 1994, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, meses después de obtener el Premio de Literatura Juan Rulfo. En su epitafio se lee: “La única manera de continuar en vida es manteniendo templada la cuerda de nuestro espíritu, tenso arco, apuntando hacia el futuro”.

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