Televisión · 02 de Jul 2016
Renzo Amado es el director de contenido de Chicos IPe. Conversamos con él para que nos cuente de este nuevo proyecto.
Canal IPe
Renzo es el director de contenidos de los programas de Chicos IPe, quisimos conocerlo un poco más y nos sentamos a conversar un rato con él.
Creo que el más importante es separarse de la mente y el corazón de adulto que sin darnos cuenta vamos adquiriendo con el tiempo. Hay que volver a jugar, y no como un adulto que intenta imitar a un niño, sino jugar como un niño. Tratar de ver el mundo desde sus zapatos, su perspectiva, con su mirada inocente y sin prejuicios, con esas ganas de descubrirlo todo y reinventarlo para definirlo. Creo que sería imposible hacer TV para niños si no volvemos a ser niños.
De muchas formas, desde proponiendo temas hasta siendo los protagonistas de las historias. Y es que eso es lo que buscamos, que los niños sean protagonistas no solo como conductores de los programas sino tratando de resolver las interrogantes de todos los niños del Perú. Con los programas de los más pequeños nos tocó preguntarles, ver qué hacían en sus escuelas, consultar especialistas, etc. En estos tiempos, lo mínimo que podemos hacer si queremos crear un programa para niños es escuchar sus inquietudes, sus sueños y su visión del mundo.
"Creo que el padre o el adulto responsable debe colocarse en los zapatos del niño"
Creo que los de hoy son más “sofisticados”, hay programas que contemplan cosas como filosofía, literatura, cuestiones de género, etc. ¡Hasta yoga para niños! Y por otro lado, también son más irreverentes. Amo los dibujos animados absurdos o disparatados, creo que de esos ahora hay más que cuando yo era pequeño. Cuando yo era chico, la televisión para niños era evidentemente educativa y eso era terriblemente aburrido. Tal vez suena raro, pero los niños aprenden a partir del juego, entonces siento que la televisión debe ir por ahí, debe ser un reflejo de la vida de los niños y un espacio para que jueguen mientras aprenden. No sé si se me entiende (risas).
¡Los gatos Samurai! Creo que porque la historia no tenía mucho sentido, era disparatado, no tenía lógica pero sí mucho humor. Algo que me ha marcado siempre es el humor absurdo, y creo que cuando somos niños jugamos mucho con eso: una caja es una nave, tu novia es una amiga imaginaria y la oscuridad es un universo por descubrir. Todo eso es absurdo y me encanta.
Que los escuchen, que conversen con ellos, que jueguen juntos, que se informen de verdad. Muchas veces nos dejamos llevar por prejuicios para prohibir algunas cosas y fomentar otras, creo que el padre o el adulto responsable debe colocarse en los zapatos del niño y desde ese lugar, acompañarlo y apoyarlo en el descubrimiento de todo lo que lo rodea. Dialogar siempre será el mejor camino.